Tenemos un Presidente cercano a la gente como hace mucho no lo teníamos. No tengo duda que cuenta con un gran apoyo social y que el desgaste en su base social, en estos primeros meses, a pesar de todo, es mínimo.
Lo anterior se debe en buena medida a la imagen de aliado del pueblo que ha logrado consolidar las últimas dos décadas, se debe también esa impresionante forma de comunicar y se debe al desgaste de los otros dos partidos que han podido gobernar este país, a sus excesos, a la frivolidad que tuvieron, al elitismo que predicaron.
Tenemos un Presidente cercano a la gente y nada más. No se ve una apuesta económica importante por un sector o actividad. No se ve un Presidente casado con una causa que no sea la de repartir dinero en apoyos. Ni siquiera se ve un gobierno, sus secretarios no existen y cuando aparecen son rebatidos por el Presidente.
En su conferencia de prensa, tras los hechos ocurridos en Culiacán, ha dicho que se están atendiendo las causas que generan violencia en el país y mi pregunta es cómo.
¿De verdad una persona que recibe mil, 2 mil o 3 mil pesos de apoyo ya no tiene incentivos para delinquir?
El problema de inseguridad no es nuevo en México, pero lo del jueves se inscribe en el libro de las vergüenzas nacionales.
Libro donde también están las dos fugas de penales de máxima seguridad del 2001 y del 2015. Es la primer gran crisis de este gobiernoy el resultado es terrible.
Lo que ocurrió no puede matizarse; no se entregó a una persona, se entregó a un país.
Ojalá no hubiera pasado nunca, no así. Fue un día negro para México.
La reacción después de la decisión fue todavía peor. Versiones múltiples, contradicciones y hasta un Presidente descalificando las preguntas de un periodista por el medio en el que trabaja.
¿Qué pasa en México? Las decisiones se están tomando más por ocurrencias y por buenas intenciones que por trabajo técnico y especializado. Solo se cuidan los efectos electorales.
El Presidente como oposición no se hubiera detenido en señalamientos, en exigir renuncias, en hablar de complicidades al más alto nivel. Hoy pide comprensión a una decisión que califica de humanista. Se arriesgó a los sinaloenses por falta de estrategia, y al mismo tiempo se entregó al resto de los mexicanos .