El domingo pasado, miles y miles de mexicanos salieron a marchar por la defensa del Instituto Nacional Electoral. Fue una manifestación orgánica, familiar y tranquila, una marcha verdaderamente ciudadana.
Mucho se habló del número, pero más allá de si fueron las 12 mil personas que manifestó el secretario de Gobierno de la Ciudad de México, los 200 mil o los 700 mil que expresaron otras voces, lo que importa es la causa. La mayoría de las personas que se reunieron en Paseo de la Reforma y en muchas otras ciudades del país, lo hizo en torno a la defensa de la institución electoral, no en respaldo a un actor político, ni a un partido, ni a una coalición. Eso es lo verdaderamente valioso de la marcha del domingo, las ciudadanas y los ciudadanos fueron ejemplares.
El INE vio salir al PRI de la Presidencia de la República, vio 12 años de gobierno panistas y también vio el regreso del PRI y el triunfo de la izquierda; pero el respeto, más allá de los resultados, se lo ganó incluyendo a los ciudadanos. Cuando nosotros vamos a votar, en las casillas nos atienden nuestras vecinas y vecinos que son quienes cuentan los votos.
El INE ha visto a más de un personaje repetir como candidato a la presidencia, uno de ellos tras tres elecciones, donde aceptó participar bajo las reglas electorales de nuestro país, llegó a la presidencia.
Hoy vemos congresos plurales, posiciones legislativas para que las minorías estén representadas, paridad en las candidaturas, más mujeres diputadas, senadoras y gobernadoras, vemos mayor competencia electoral y alternancia.
Todo esto no es gracias a un solo partido, o a una sola persona por importante que fuera, o a una sola reforma; es gracias a una lucha de décadas y a al menos ocho reformas electorales que buscaron en buena medida condiciones más equitativas.
Por supuesto que no estoy de acuerdo en que al árbitro electoral lo volvamos jugador, yo no digo que nuestra democracia sea perfecta; pero la propuesta se hace ahora que el partido en el gobierno tiene más posiciones que los demás partidos.
La manifestación no fue contra el presidente de México. Hay muchas personas que votaron por el actual presidente, que no están de acuerdo en transformar al INE.
La marcha fue por la democracia, el mensaje es claro: “El INE no se toca”. Querer hacer otra marcha para demostrar más apoyo es no entender el mensaje, por encima de colores y actores: México. _