La percepción en política es realidad; por ejemplo, poco ayuda a los gobiernos disminuir la incidencia delictiva si las personas se sienten más inseguras. De ahí la importancia que tiene comunicar para gobernar, especialmente en la era de la Internet y las redes sociales.
En nuestro país son pocos los gobiernos, los partidos y los políticos que comunican con éxito; pero si en los últimos años tuviéramos que destacar a uno, este sería, sin duda, Andrés Manuel López Obrador.
Basta recordar sus conferencias de prensa matutinas como jefe de Gobierno; los conceptos que ha venido reiterando desde hace prácticamente 18 años (mafia del poder, PRIAN, etc.); frases como “no lo tiene ni Obama” y “ya sabes quién”, entre tantos y tantos elementos que ha logrado posicionar.
Andrés Manuel lleva cerca de dos décadas marcando agenda en los medios de comunicación, y fue el único candidato que supo entender cómo se generaba nota.
Hoy, el presidente electo y Morena a los ojos de una gran parte de la población son los aliados del pueblo. Mujeres y hombres que vienen a acabar con los problemas de México, con los privilegios y con la corrupción. “No puede haber gobierno rico y pueblo pobre”.
Imposible hacer un juicio en este momento sobre si dicha percepción es correcta. Lo cierto es que la semana pasada en la Cámara de Diputados, Morena aprovechó esa percepción y privilegió su mayoría por encima de nuestro marco legal.
El pasado jueves, la Cámara de Diputados aprobó la expedición de la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, cuyo objetivo en términos generales es que nadie en el sector público federal gane más que el Presidente de la República.
La finalidad de que nadie gane más que el Presidente está en la Constitución desde 2016, y lo recién aprobado busca ser la ley que reglamente dicha disposición. Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, lo aprobado en 2011 y retomado y aprobado este pasado jueves tiene serias deficiencias técnicas.
Por mencionar solo dos: dice que deberá aplicarse al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial; pero la propia Constitución prohíbe que mientras estén en funciones se les baje el salario a los ministros de la Suprema Corte, magistrados y jueces; por lo que por percibir su sueldo estarían en términos de lo aprobado cometiendo un delito. Asimismo, habla todavía del Distrito Federal, cuando desde la legislatura pasada se transformó a Ciudad de México. Así de grave en forma y fondo.
Morena aun teniendo mayorías que le aseguran sacar dicha ley, no quiso corregir esos errores. Conociendo perfectamente estas deficiencias aprobó y arrolló. Apostaron a la manipulación de que son los otros los que no quieren un gobierno austero. Pusieron la percepción que han construido por encima de nuestras leyes. Esto no va bien.
La percepción como manipulación
- Prospectivas
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Saúl Barrientos
Tampico /