Estimado Dr. Américo Villarreal Anaya:
Más de 700 mil tamaulipecos le dieron su confianza para dirigir el destino de nuestro estado los próximos seis años. Es usted el candidato a gobernador más votado de la historia y ello, sin duda, constituye lo mismo una gran distinción que un enorme compromiso.
En el recuerdo colectivo de quienes vivieron en el Tamaulipas que gobernó su padre, hay un enorme saldo positivo: sencillez y humanismo. En el Tamaulipas que le tocará gobernar a usted, muchos de los retos son tan grandes que hacen imposible pensar en soluciones definitivas, pero sí hay la esperanza de que la cosas realmente mejoren.
En los días por venir, la ciudadanía conocerá poco a poco a quienes formarán parte de su equipo de gobierno. El Congreso del estado debería aprobar las reformas base que le permitan trabajar en el proyecto que eligió la mayoría.
La elección de los perfiles me queda claro que deberá pasar por tres grandes filtros: perfil, trayectoria y confianza. Este último es fundamental porque al final de cuentas, justa o injustamente, usted será evaluado por el desempeño que tengan esos servidores públicos e incluso por el actuar de todo aquel que sea o se ostente como cercano.
El arranque, lo sabe usted, señor gobernador, marcará buena parte de la pauta de todo el gobierno. Lo que al inicio se premie y se castigue serán los primeros mensajes.
El motivo de esta primera carta es para pedirle, como tamaulipeco, que desde el principio quede muy claro que lo que se ganó en las urnas no es un botín. No cometa el error que muchos han cometido, de llegar y despedir a personas del servicio público por la simple razón de haber trabajado en la administración anterior.
Urge que la administración pública pueda desligarse de lo político. Basta de las prácticas de obligar y amenazar a quienes trabajan en gobierno para que apoyen proyectos personales o de partido.
Insisto, gobernador, vale mucho la pena llegar con una actitud humana, de tratar a los servidores públicos que encontrará a su llegada con un enorme respeto a su dignidad y a la de sus familias.
Que a Tamaulipas lo sirvan los mejores. Que a Tamaulipas lo sirvan servidores públicos que quieran servir y no servirse. Que entiendan que lo primero es la gente. Es un paso importante para un buen gobierno. Más de 700 mil tamaulipecos creyeron en un proyecto en el que todos esperamos que le vaya muy bien. _