El tiempo es el peor enemigo de un gobierno porque la fuerza con la que llega un gobernante suele irse desdibujando con el paso de los años. La política es un ciclo donde una persona renueva la esperanza, llega al gobierno, se desgasta en el ejercicio del poder, y entrega a otra persona que revive los anhelos de la mayoría.
Pero esta historia, al menos al tercer año de gobierno, todavía no es la del Presidente de México; prácticamente todos los levantamientos de opinión señalan que 6.4 de cada 10 mexicanos aprueban su gobierno.
El desgaste no ha llegado, ahora mismo vive su mejor momento desde que llegó al poder. ¿Qué le ha permitido mantenerse?, ¿qué le ha permitido recuperarse a partir de algunas leves caídas? Creo que la respuesta está en el gran apoyo social.
Prácticamente 37 millones de mexicanas y mexicanos han sido beneficiados con un apoyo social. Nunca antes se había destinado tal cantidad de recursos al apoyo social. Este apoyo social ha sido criticado por muchos, principalmente en las clases medias y altas pero, ¿está mal?
Al menos los números que ahora se presentan señalan que la recaudación de impuestos ha subido a partir de un mayor pago de impuestos de las grandes empresas en el país. ¿No es eso la redistribución de la riqueza que tanto se ha prometido para cobrar impuestos?
Vivimos en un país de enormes carencias. El presupuesto que está por aprobarse en los próximos días, podría ser criticable en muchos sentidos, pero no en el social.
Y ahí radica el apoyo de las bases al Presidente. Él mismo señalaba: “amor con amor se paga” y, al menos en los estudios de opinión, la mayoría de los mexicanos sigue respaldándolo, lo que es un reconocimiento al apoyo social que brinda.
Creo que la clave ahora pasa por encontrar mayores equilibrios. Equilibrios que permitan el crecimiento de la actividad económica, la productividad y la competitividad.
Equilibrios que, por ejemplo, en el campo, sigan apoyando con recursos a quienes menos tienen, pero donde también se apoye a los medianos productores para que los precios de los alimentos no aumenten y se alejen de las mesas de las familias mexicanas.
Seguiremos de cerca los estudios de opinión. A juzgar por las tendencias, todavía va para largo el apoyo al Presidente. _