La unidad es una herramienta política muy poderosa en cualquier transición. Su fundamento es idiosincrático, racional y es consecuencia de un inquebrantable ejercicio entre diversos sectores, sabiendo que la circunstancia no genera un ambiente, sin preparación, sin llegar a tener una causa común que lleva a reforzar la unidad.
Para partir desde lo más elemental, los partidos y los candidatos tienen que preparar la unidad en la perspectiva de llegar a lograr su objetivo, que es triunfar en una causa común, sabiendo que la unidad es entre diferentes intereses.
En este sentido toda unidad implica un pacto en función del cumplimiento de un objetivo común. El rumor de las alianzas en Hidalgo entre los aspirantes a la gubernatura da una señal de que se está haciendo política en el estado. En estas reuniones los candidatos manifiestan su intención tradicional de que no ha cambiado nada, diciendo “si no soy yo, eres tú y los dos vamos en el mismo camino”, y al mismo tiempo de revelar esta decisión comienza la simulación de cumplir con los acuerdos.
Podemos mencionar la foto que hemos visto de los dos aspirantes priistas, Israel Félix Soto y la diputada Carolina Viggiano, que han acordado sobre este mismo estilo priista, si no soy yo, eres tú.
El PRI se caracteriza por estas reuniones, aislados de los militantes y la percepción ciudadana, por ello, no pueden ser regidos con el mismo criterio del pueblo y eso no da garantía de cumplir con esa unidad.
Aunque auguramos que esto se logra para que el PRI dé pelea y tenga una mayor posibilidad de ganar la gubernatura.