La agenda política del estado de Hidalgo está dominada por la incertidumbre de la fecha de las elecciones de los 84 municipios, con lo que se permita ir desglosando las problemáticas que afectan al estado: la crisis sanitaria por el covid-19, la situación de la economía y de la política, que cada día se agravan más.
Para tener una visión clara de lo que está pasando con los partidos políticos hay que ver qué están haciendo para triunfar sobre una crisis que está fuera del alcance de cualquier ciudadano y gobierno por ser una guerra contra un enemigo invisible.
Todos los partidos realizan esfuerzos de convencimiento dentro del límite que la ley exige para persuadir a los hidalguenses, aunados a estrategias de discurso, penetración y funcionalidad para motivar y movilizar a sus bases.
Nada de esto han mostrado. Solamente se han preocupado por elegir a sus aspirantes generando conflictos internos. Utilizando lo mismo que siempre hemos visto en estos lapsos electorales.
Ejemplos: el Movimiento de Regeneración Nacional busca atrasar las elecciones porque no han podido acordar a sus candidatos sin fracturas internas. Los partidos pequeños siguen en su lucha por conseguir a quien tenga la riqueza para sostener los gastos de campaña.
En el PRI todavía no les ha caído el veinte de que el partido necesita cambios. Sigue con su estrategia de generar 84 figuras como la que se inventó esta semana con un nuevo comisionado para anunciar a los candidatos en lugar de hacer un acuerdo para sacar adelante al partido junto con la aprobación ciudadana y del gobernador.
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