El avance de la tecnología es inversamente necesario en cualquier proceso electoral, hoy es un reto para los partidos políticos lograr que sus estrategias sean utilizadas para cautivar a su base clientelar.
Este es un tema que no sólo considerar la vinculación con gran parte de la ciudadanía sino que implica el desarrollo social; de esta manera, se agrega a la actividad partidista que de la misma forma innova su estructura a base de tecnología con la firme intención de permanecer en el mercado tradicional, permitiendo que la sustentabilidad sea la base en el diseño de la política que satisfaga las necesidades de la sociedad y fomente el desarrollo democrático.
Lo anterior con el objetivo es reproducir nuevos nichos en donde los involucrados incrementen su participación en la política. Esto nos puede llevar a suponer que el ciudadano conoce y comparte lo que piensan los actores políticos; lo que sí se pueden probar es que los individuos responden y se acercan a los partidos.
Por tanto uno de los objetivos tiene la capacidad de direccionar las campañas políticas, analizar los problemas e implementar las nuevas formas de hacer política. Por supuesto, hacer política es en sí mismo es complejo y cambiante desde el desarrollo de secuencias organizadas a la intervención activa y sistemática e incluso crear una nueva estrategia que incluya programas de menor alcance o jerarquía que permitan su funcionamiento, con la tarea de cumplir las metas y los objetivos.
Todo esto implica que el uso de nuevas tecnologías debe cambiar la forma tradicional, no siendo tan fácil y mucho menos inmediato para los partidos; sin embargo, es un elemento necesario para reservar e impulsar el desarrollo de los partidos políticos.
