Luego de las elecciones del domingo vemos que la mayoría de los partidos políticos de Hidalgo no logró convencer con su propuesta electoral, como pasó con los más pequeños, el Partido del Trabajo, el Verde y Movimiento Ciudadano, el cual, independientemente de su candidato, fracasó en una campaña tan importante como la gubernatura del estado.
Es extraño que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) fue uno de los partidos que no logró el 3%. Incluso el PAN, un instituto que ha logrado sostener su capital político a nivel nacional, en Hidalgo está en su última época por la falta de dirigencia que pueda agruparlos bajo un proyecto común.
El Partido Nueva Alianza Hidalgo sorprendió al obtener 7.55 por ciento de los votos, pese a su pésima estrategia para enganchar a la sociedad; aunque el SNTE mostró el voto duro de los maestros, dejando de lado los conflictos con la sección XV del sindicato. Pero no logró sostener su capital político de 115 mil votos.
La derrota del Partido Revolucionario Institucional (PRI) viene por conflictos internos y el proceso fracturó más la estructura, además la estrategia de su candidata de usar caras que siempre están asomando para volver al poder alejó al grupo joven que empezaba a crear un partido renovado que puede volver a dominar el estado. El único triunfador es Morena y que la ciudadanía espera que se cumpla lo que dijo Ricardo Monreal: “no es lo mismo ni con los mismos”, ojalá que esto quede muy claro para el gobernador electo, que con todo su talento lidere esta etapa de limpiar de su alrededor gente que no representa la voluntad de la ciudadanía en el gobierno que encabezará.
Sarkis Mikel Jeitani
