El próximo 2 de junio será el proceso más grande e importante de la historia electoral de México ya que se renovará el Congreso de la Unión, 128 senadores, 500 diputados al igual que la presidencia de la República aunado a los procesos locales para elegir alcaldes, diputados locales junto con ocho gobernadores incluyendo la jefatura del gobierno de la Ciudad de México y sus alcaldías.
Más allá del proceso electoral será una mujer la ganadora del 2 de julio en lo que refiere a las candidatas Claudia Sheinbaum, quien representa a Morena y Xóchitl Gálvez, quien representa al PRI, PAN y PRD, en donde ciertamente ambas pretenden ofrecer la construcción de un nuevo sistema político.
Claudia pretende construir y consolidar el segundo piso de lo que ha construido AMLO, mientras que Xóchitl busca terminar con el mal necesario que ha dejado la 4T en el país con sus directivas para consolidar el poder político de los opositores lo mayormente posible.
Claudia y Xóchitl son la esperanza del cambio que requiere el país. La ciudadana aún no ha percibido lo que se espera de ambas candidatas en el discurso, ni propaganda o campaña electoral que se vive en México.
La esperanza se mantiene para que este primero de marzo salgan ellas con nuevo discurso, imagen renovada acompañada de una estrategia reforzada fuera de la difamación y ataques sin razonamiento y amenazas basadas en el pasado; por el contrario, la ciudadanía espera un alto nivel de campaña.
Lo visto, es que el estado de Hidalgo está en la mira dado que Xóchitl Gálvez es de esta tierra, por lo que las giras al estado se han incrementado por parte de ambas, ya sea para reforzar su posicionamiento local y la otra para garantizar que no se desvíe la fuerza de Morena en el estado.
Y es que se les mira sin conocimiento de los hidalguenses, Claudia acompañada del coordinador de Morena, César Cravioto, quien desdeña el trabajo del gobernador que con esfuerzo y trabajo ha logrado eliminar la presencia del viejo sistema priista y su feudalismo arraigado en el estado.
