Política

Boston: revés al racismo

No hay mal que dure 100 años, dicen, pero al parecer 200 años sí. O al menos eso es lo que nos marca la historia reciente de Boston, donde dos mujeres de minorías étnicas pondrán fin a dos siglos de alcaldes blancos.

Si bien en marzo del presente año, Kim Janey se convirtió en la primera afroestadunidense en asumir como alcaldesa de la ciudad en 200 años de historia, esto no se dio vía urnas, sino por sucesión directa al ser convocado Marty Walsh para la Secretaría de Trabajo por el presidente Joe Biden.

Michelle Wu y Annissa Essaibi George ocuparon el primer y segundo puestos en las elecciones preliminares por el ayuntamiento de la capital de Massachusetts, en Estados Unidos. En noviembre, una de ellas será electa.

Boston no ha sido históricamente considerada una ciudad inclusiva con las minorías raciales, a pesar de ser el punto donde convergen importantes universidades. Basta con recordar en los años setenta, cuando estuvo al centro de una controversia nacional sobre la desegregación de las escuelas y más adelante en los ochenta cuando los conflictos arreciaron por el caso de Charles Stuart, un asesinato cuya investigación estuvo marcada por prejuicios raciales.

El racismo se ha hecho cotidiano en las bromas tal como la línea tristemente célebre en Los Infiltrados (The Departed) de Martin Scorsese: “Eres un tipo negro en Boston: no necesitas mi ayuda para estar completamente arruinado”.

Pero hoy, sin ánimo triunfalista, se puede decir que la contienda per se ya es histórica. De los cinco postulantes, cuatro son mujeres y todos son de minorías raciales. Dos de ellas tendrán la oportunidad de romper no solo el techo de cristal sino las barreras raciales y comenzar a cambiar el ánimo de una ciudad marcada en pleno siglo XXI por los prejuicios.

Ambas, Michelle Wu y Annissa Essaibi George, comparten historias de vida que traían consigo no solo el peso de ser mujeres. Michelle fue la “primera mujer asiático-estadounidense en servir en el Ayuntamiento de Boston” y ha enfrentado la dualidad étnica en ser la primera en ocupar otras posiciones. En el caso de Annissa, su padre dejó Túnez para mudarse a Estados Unidos en 1972. Su madre “nació en un campo de personas desplazadas en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial”, reporta la prensa.

Han sido mujeres cuya vida no ha sido sencilla. Y si bien se puede alegar que las personas de tez blanca o que no pertenecen a minorías étnicas también tienen vidas complicadas, la diferencia radica en que ni su piel ni su raza son un factor que las complique aun más.

Puede ser pronto para lanzar campanas al vuelo, pero al menos en Boston se está marcando un out, y no por parte de los Medias Rojas, sino de los ciudadanos que están marcando los tres strikes contra el racismo.

Por Sarai Aguilar Arriozola

@saraiarriozola

*Doctora en Educación y Maestra en Artes. Coordinadora del Departamento de Artes y Humanidades del Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe UANL

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Sarai Aguilar Arriozola
  • Sarai Aguilar Arriozola
  • Doctora en Educación, máster en artes, especialidad en difusión cultural
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