El silencio mediático respecto de la moción presentada por la defensa del apóstol Naasón Joaquín para desestimar el caso presentado por la fiscalía de California es tan escandaloso como esperado, porque eso demuestra una vez más el complot fabricado desde la fiscalía con la ayuda de algunos medios de comunicación amarillistas. Explica también las intenciones de construir un caso mediático contra el apóstol y contra la Iglesia La Luz del Mundo desprestigiando, sesgando y torciendo toda la información relacionada con la teología y toda la doctrina de ésta.
Desde el inicio de la detención del apóstol, he sostenido que la fabricación del caso y todo el escándalo mediático sólo pudo haber sido posible por intereses mucho más poderosos económicamente y con los contactos políticos adecuados para su ejecución. Tras el análisis de toda la evidencia exculpatoria presentada por la defensa en la moción, no me queda la menor duda de que mi hipótesis inicial planteada hace tres años es correcta.
Este caso ha demostrado que el sistema penal en Estados Unidos está podrido. Resulta escalofriante pensar que los que procuran justicia sigan siendo capaces de violar de manera sistemática toda la Constitución de su propio país, las enmiendas a la misma y todo el derecho procesal criminal para destruir la vida e imagen pública de un inocente. Eso es vergonzoso para un país que se considera así mismo ejemplo del mundo.
Como bien lo apunta la defensa: “Las acciones del gobierno en este caso fueron atroces y extremas.
En un mundo en el que Brady (la jurisprudencia Brady, anotación mía) ha sido la ley del país durante casi 60 años, es difícil imaginar cómo pudo ocurrir esto”.
¿Qué puede suceder ahora? La audiencia en la que se espera la resolución a la moción ha sido reprogramada para el 2 de mayo. Esto supone que, en caso de haber juicio, invariablemente se tendría que reprogramar el inicio de éste.
Se espera, también, que la justicia obre a favor del inculpado, desestimando por segunda ocasión todos los cargos en su contra. Y quién sabe, quizá sea el tiempo en que la verdad a favor del apóstol se imponga por encima de las violaciones sistemáticas a todos sus derechos.
Sara S. Pozos Bravo
