A menudo confundimos innovación con invención. En nuestro afán por encontrar esa gran oportunidad de negocio, pensamos que necesitamos crear algo totalmente inédito, una idea que surja de un momento de “eureka”.
Para quitarle la idea de inalcanzable al concepto de innovar, especialmente para nosotros, los emprendedores y empresarios que buscamos rentabilidad y a menudo nos enfrentamos a limitaciones de tiempo o capital, es importante recordar que la clave puede estar en mejorar lo que ya existe.
Esto significa utilizar nuestros recursos con mayor eficiencia, siempre con la mira en ser más útiles para nuestros clientes.
En esencia, se trata de definir y refinar nuestra propuesta de valor.
Cuando se trata de recursos tecnológicos, nos encontramos ante una gran oportunidad para innovar mediante el uso de prototipos.
Inicialmente, podemos centrarnos en tres tipos específicos de innovación de los 10 que desarrolló Tim Brown, el creador del concepto de “Design Thinking” o pensamiento de diseño.
Procesos, plataformas y canales, la mezcla de estos tres conceptos de innovación es la que nos permite perfeccionar nuestra propuesta de valor y nos da la capacidad de escalar hasta llegar a una estabilidad y rentabilidad del negocio.
El proceso de innovación comienza con la empatía, la investigación y el análisis de las verdaderas necesidades de nuestros clientes.
Nuestro objetivo es facilitar su vida mediante soluciones prácticas que mejoren todas las interacciones con nuestra marca o producto.
Esto incluye desde la captación hasta la atención, asesoría, venta y servicios postventa.
Antes de considerar la implementación de tecnología, es crucial tener claros nuestros procesos, tanto internos como externos y la selección adecuada del equipo que gestionará y llevará a cabo estos procesos.
Durante una conferencia centrada en la inteligencia artificial (IA), en este momento un campo claramente innovador, tuve la oportunidad de preguntar al líder del proyecto de la aseguradora Quálitas cuánto tiempo y recursos había requerido para la implementación de su chatbot con IA para la atención al cliente.
Su respuesta es un ejemplo claro de las técnicas de innovación de procesos.
Nos explicó que la implementación tecnológica se llevó a cabo en menos de dos meses.
Sin embargo, el desarrollo de sus procesos había comenzado mucho antes de seleccionar la tecnología.
En su estrategia, el cliente fue el centro, lo que les permitió escuchar, concretar y alinear sus procesos para atender de manera más rápida y eficiente las necesidades de los clientes.
Esto se basó en las preguntas frecuentes de los clientes y en los aspectos que señalaban como más tediosos y lentos debido a los trámites burocráticos.
Inicia tu innovación con lo esencial, antes de invertir en recetas secretas, tecnología o más marketing, inicia con papel y lápiz, recopila las dudas y quejas de tus clientes y genera procesos que puedas probar con prototipos antes de arrancar con la tecnología, la rentabilidad de tu próxima innovación puede ser mucho más fácil y a menor costo si lo validas con una innovación de procesos.
¿Sigues buscando un “eureka”? O ¿Ya tienes un plan real de innovación para tu negocio?