Política

Y los rusos, mientras tanto…

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

La muy improbable victoria militar de los rusos en la invasión a Ucrania necesitaría de un escenario absolutamente terrorífico: la muerte de centenares de miles de reclutas enviados al frente de guerra por Vladimir Putin justamente para eso, para ser matados hasta el punto de que los defensores ucranianos, caídos también en combate, no sean ya lo suficientemente numerosos como para poder seguir oponiendo resistencia.

Simple asunto de cifras, no hablemos de vidas humanas: la población de Rusia –más del triple de la que habita la nación invadida (144 millones de habitantes en oposición a 43)— vendría constituyendo, en sí misma, una suerte de ventaja estratégica en tanto que la disposición del supremo opresor a sacrificar a sus compatriotas es prácticamente inextinguible.

Tan siniestra receta –la de enviar al frente de guerra como carne de cañón a las fuerzas propias hasta que su simple superioridad numérica termine por imponerse, así sea que las trincheras y los campos queden sembrados de cadáveres— ya fue aplicada, al parecer, por Stalin en la Gran Guerra Patria (la Segunda Guerra Mundial).

Era una circunstancia diferente, desde luego, porque los soviéticos defendían a su país frente al invasor nazi, pero murieron así 12 millones de soldados, más allá de que Adolf Hitler haya hecho mal sus cálculos y de que el severísimo invierno ruso haya sido también un factor.

Según estimaciones de algunos expertos militares occidentales, ya han muerto o sido heridos de gravedad 200 mil combatientes rusos en esta invasión: fuerzas de élite, en un primer momento, descuidadamente dirigidas por sus comandantes y, ahora, conscriptos sin experiencia ni buen entrenamiento movilizados de manera tan desordenada como infame.

El pueblo ruso sufre también el despotismo de su sanguinario jerarca: los bisoños combatientes que manda a sobrellevar los horrores de la guerra son jóvenes campesinos sin instrucción provenientes de las zonas más apartadas del territorio o individuos de las decenas de etnias que pueblan tan gigantesca nación: kazajos, chechenos, circasianos, ingusetios, buriatos, cumucos, mongoles…

Indefensos muchachos sacados de sus casas a los que los familiares tienen que proveer de los más elementales pertrechos porque la galopante corrupción que carcome a Rusia ha hecho que los cuarteles no tengan uniformes ni proyectiles ni armas ni nada de lo que necesita un combatiente moderno.

El futuro es de Ucrania, no de Rusia… 


Google news logo
Síguenos en
Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
  • [email protected]
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.