Pasó el 27 de septiembre se cumplió el bicentenario de la firma del Acta de Independencia de nuestra Patria, y de nuevo resonaron las voces de reclamo por qué este acto no tiene la importancia del que significa el inicio de la lucha de independencia.
Veamos. El 6 de Diciembre de 1810, Hidalgo emite un decreto contra la esclavitud, donde dice: Desde el feliz momento en que la valerosa nación americana tomó las armas para sacudir el pesado yugo que por espacio de tres siglos la tenían oprimida, uno de sus principales objetos fue exterminar tantas gabelas con que no podía adelantar su fortuna;… se atiende por ahora a poner remedio en los más urgente por las declaraciones siguientes: 1ª Que todos los dueños de esclavos deberán darles libertad, dentro del término de diez días, so pena de muerte, la que se aplicará por transgresión a este artículo. 2ª Que cese para lo sucesivo la contribución de tributos, respecto de las castas que lo pagaban y toda exacción que a los indios se les exija.
Por otro lado Morelos en los Sentimientos de la Nación, anota dentro de los 23 puntos para la Constitución: 5. La soberanía dimana directamente del pueblo, el que solo quiere depositarla en sus representantes, dividiendo los poderes de ella en legislativo, Ejecutivo y Judiciario, eligiendo las provincias sus vocales… 11. Que la Patria no será libre…mientras no se reforme el Gobierno, abatiendo el tiránico, sustituyendo el liberal y echando fuera de nuestra tierra al enemigo español… 15. Que la esclavitud se prescriba para siempre, y lo mismo la distinción de castas, quedando todos iguales…
Como podemos observar llevar a cabo estos principios obligaba a una revolución, a un cambio radical del estado de cosas; en cambio el Plan de Iguala promulgado por Agustín de Iturbide expresó en su punto 14: El Clero Secular y Regular será conservado en todos sus fueros y preeminencias, y en el punto 15: La Junta cuidara de que todos los ramos del Estado queden sin alteración alguna, y todos los empleos Políticos, Eclesiásticos, Civiles, y Militares, en el estado mismo en que existen en el día…
Como vemos los objetivos y principios de Iturbide y su monarquía constitucional, son totalmente opuestos a los ideales y fines revolucionarios insurgentes, que buscaban una verdadera independencia y libertades fundamentales.