Política

¿Y yo, por qué? El reto de la cooperación en tiempos de Trump

  • Columna invitada
  • ¿Y yo, por qué? El reto de la cooperación en tiempos de Trump
  • Roberto Villanueva Guzmán

Dentro de los cambios esperados en la política estadounidense impulsada por el presidente Donald Trump, una que representó un giro de 180 grados fue la desarticulación del sistema de cooperación internacional para el desarrollo. En pocas semanas, Donald Trump y el director del Departamento de Eficiencia Gubernamental, Elon Musk, congelaron fondos, desaparecieron proyectos en curso, cerraron oficinas y despidieron a cientos de empleados de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), afectando a diversos países, organizaciones y comunidades vulnerables que dependían de su apoyo.

La actitud del "¿Yo por qué?" con la que el presidente de los Estados Unidos justificó su rechazo a cooperar para el desarrollo de otros países contradice y da la espalda al acuerdo más amplio que la humanidad ha alcanzado: la Carta de las Naciones Unidas. Este documento, surgido al término de la Segunda Guerra Mundial, sentó las bases para la igualdad entre hombres, mujeres, naciones grandes y pequeñas, detallando conceptos compartidos de justicia, libertad, tolerancia y convivencia en paz. Su propósito fundamental ha sido promover el bienestar común, no mediante el uso de la fuerza, sino a través de la cooperación y la solidaridad.

Es cierto, la cooperación internacional para el desarrollo ha sido una cuestión voluntaria a lo largo de la historia; ningún país está obligado a destinar recursos para apoyar a otras naciones.

Sin embargo, Estados Unidos y los países de renta alta tienen una responsabilidad histórica en la creación de las desigualdades económicas y de poder que hoy afectan nuestro mundo. Desde la colonización, la esclavitud y las guerras del opio, hasta la expansión territorial bajo el "Destino Manifiesto", pasando por intervenciones militares y económicas en América Latina y otras regiones, distintos países han establecido históricamente objetivos geopolíticos e ideológicos, incluyendo la apropiación de territorios y bienes, así como la imposición de condiciones comerciales.

La USAID ha sido proscrita como una agencia que opera en función de los intereses del gobierno y de las empresas estadounidenses, lo cual no la hace diferente a cualquier otra agencia de cooperación internacional, pero gracias a que sus programas tuvieron ajustes técnicos para alinearse con los Objetivos de Desarrollo del Notivox y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se lograron cambios significativos al ajustarse a un acuerdo global de “cómo” y “en qué” invertir los recursos.

La transparencia en el gasto, la mejora de indicadores de impacto y la rendición de cuentas, permitieron que la cooperación estadounidense diera pasos de un modelo “caritativo” a un mecanismo para fortalecer el acceso a los derechos humanos en comunidades vulnerables. Es destacable -y no podemos dejar de lado- que Estados Unidos fue considerado hasta el año pasado como el mayor donante de ayuda humanitaria.

Además de la responsabilidad del pasado de la que ya hablamos, el gobierno de Estados Unidos y sus ciudadanos no deberían olvidar que muchos de los temas que atendía USAID son problemas globales que necesitan un abordaje global.

Aunque para Elon Musk y Trump, USAID se dedicaba a promover una rebeldía “progre” plagada de “proyectos ridículos”, los fondos proporcionaban principalmente ayuda humanitaria para personas de situación de pobreza y emergencias causadas por la violencia armada, desastres naturales y el cambio climático, seguridad pública y seguridad humana, así como líneas de crédito para países necesitados o previamente saqueados, financiamiento de obras de infraestructura –que también benefician el comercio de los Estados Unidos–, cooperación técnica y científica, y proyectos de salud e innovación.

Lo común es que un donante elija gastar en sus propios beneficios e intereses, pero las justificaciones para desaparecer el programa están centradas en las posibles filias y fobias del presidente Trump y de Elon Musk más allá de datos objetivos. Con el argumento de dejar gastar en proyectos de igualdad de género y diversidad, que dicho sea de paso equivalen a una minúscula fracción de los recursos –por ejemplo, el cuestionado cómic con un superhéroe LGBTTIQ+ peruano “El poder de la educación” recibió 32 mil dólares de ayuda y no directamente de USAID–, dejarán de cooperar hasta con 40 mil millones de dólares.

La eliminación de los fondos está causando un vacío en regiones vulnerables y costando la vida de personas que cargan con la culpa de nacer en el lugar equivocado. Espero que en estos tiempos turbulentos nos demos cuenta de que las amenazas se afrontan mejor en comunidades integradas, cooperando para resistir las crisis con la inteligencia de saber que, mientras nos hacemos responsables y ayudamos a otras personas y países, nos ayudamos también a nosotros mismos.


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.