Política

Errores que cuestan sexenios

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

Hay decisiones que, uno lo sabe inmediatamente, son equivocadas. Y aún así se toman. Uno lo hace, sabiendo que no es lo mejor, pero por alguna razón, se continúa con el error. Este gobierno, es decir este presidente, se ha equivocado en muchas, evidentemente. Él probablemente nunca lo va a admitir, pero allí están las consecuencias, demostrando con los hechos, día a día, el tamaño del error.

Menciono tres que han señalado y probablemente marcarán el resto de su sexenio, el cual ya va casi a la mitad, tomando en cuenta que quien lo sustituya será votado en poco más de tres años. El primer gran error fue la cancelación del aeropuerto.

Fue la señal, para inversionistas, iniciativa privada y observadores nacionales e internacionales, de que la ideología y los caprichos primarían por encima de la sensatez y la prudencia. El segundo gran error fue mantener a Bartlett dentro de la estructura de gobierno.

Indicó claramente a muchos que el discurso sobre la ética gubernamental y la lucha contra la corrupción eran sólo bonitos lemas de campaña, o que dependían de la cercanía, favores políticos prestados o razones similares. Fue entonces un golpe directo a la autoridad moral que se pregonaba.

La tercera es haber sostenido la candidatura de Félix Salgado Macedonio quien, independientemente de la cuestión estrictamente judicial o desenlace político, ha venido a poner en evidencia el machismo del Presidente y de buena parte de la 4T. Machismo digerido, avalado y tragado como sapo por muchas mujeres que por alguna razón quieren seguir teniendo el favor de López Obrador.

Pero no entender el reclamo de las mujeres mexicanas, de los familiares de las asesinadas y desaparecidas, de las violadas, de las vejadas, de las hostigadas, de las maltratadas, de las despreciadas, de las tratadas inequitativamente, es no haber entendido en qué país vivimos.

Poner por encima del reclamo la protección de los monumentos históricos es no haber escuchado el grito cada vez más potente, la necesidad más urgente, de más de la mitad de la sociedad mexicana. Al final, el muro construido constituye un símbolo muy fuerte que muestra el creciente aislamiento que este presidente y su gobierno están teniendo frente a las necesidades y demandas de una sociedad que ya no aguanta una mentira más, un acto impune adicional, un desprecio adicional por los derechos de las personas.

Los muros protegen a quien se siente amenazado, pero también dividen y aíslan. La imagen del presidente encerrado en su palacio, defendiéndose del pueblo y en particular de las mujeres, es más fuerte y pesará mucho sobre su gestión y su tan ansiado como megalomaniaco legado histórico.

Es tan obvio el error, que cuesta trabajo imaginar los motivos esgrimidos para poner dicho muro y la incapacidad de quienes están a su alrededor para convencerlo de los enormes costos políticos de la medida. Pase lo que pase, ya nada será igual en este sexenio.

El muro es el símbolo del desinterés y falta de empatía de quienes lo mandaron hacer y están adentro, física o mentalmente. La supuesta autoridad moral, autoconstruida, se le escapa de las manos al Presidente como arena entre los dedos.

[email protected]

Google news logo
Síguenos en
Roberto Blancarte
  • Roberto Blancarte
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.