Política

Osaka y Biles

Naomi Osaka, la número 2 del mundo, cuatro veces campeona del Grand Slam y la atleta mujer mejor pagada, se retiró el pasado mayo del abierto de Francia. En junio anunció que tampoco participaría en Wimbledon, explicando que padece ansiedad y depresión causadas por la continua competencia, las expectativas y la fama. Tiene 23 años.

De padre haitiano y madre japonesa, creció en Nueva York porque su parentela materna rechazó por completo la relación birracial. No tuvo contacto alguno con ellos hasta los 11 años, cuando la enfrentaron con otro reclamo: su afición al tenis. Con todo, en 2019 eligió entregar su pasaporte estadunidense al aceptar el nipón, donde no permiten la doble nacionalidad.

Ayer, ese monstruo de la gimnasia que es Simone Biles anunció que no competiría en las rondas individuales olímpicas, después de retirarse en días pasados de las grupales. Anunció que tomó la difícil decisión para cuidar su estado mental; se encontró temblando incontrolablemente antes de fallar un salto de potro.

La madre de Biles, adicta, nunca tuvo dinero, pero cuando había alimentaba primero al gato y luego a sus hijos. La entregó de muy niña a los orfelinatos públicos, siendo adoptada por sus abuelos a los 6 años. No se le puede acusar de debilidad o de falta de disciplina; la cara emblema de un deporte tradicionalmente blanco, en el mundial del 2018 compitió, y ganó, con piedras en el riñón y 3 dedos de los pies rotos. Denunció al médico del equipo por abuso sexual, llevando al pervertido a la cárcel. Hasta ayer llevaba 8 años de no perder ni una sola gesta. Tiene 24 años.

Nadie osaría criticar a estas chicas —o a otros como ellas— si se hubieran retirado por padecer cáncer o desgarres musculares, pero hay godínez que se burlan o las desprecian por confesar sus fragilidades mentales, espetándoles que eso se quita “echándole ganitas”. Y es que los problemas psíquicos no dejan moretones o cicatrices, pero pueden ser igual o más incapacitantes, además de crónicos y difíciles de paliar, que los físicos. Ojalá que el ejemplo de Biles y de Osaka sirva para visibilizar dos problemas: el de la enfermedad mental y el de los taraditos que la minimizan como inexistente.


Roberta Garza

@robertayque


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Roberta Garza
  • Roberta Garza
  • Es psicóloga, fue maestra de Literatura en el Instituto Tecnológico de Monterrey y editora en jefe del grupo Notivox (Notivox Monterrey y Notivox Semanal). Fundó la revista Replicante y ha colaborado con diversos artículos periodísticos en la revista Nexos y Notivox Diario con su columna Artículo mortis
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