Política

Chocolate amargo

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Parece que “el programa de reforestación más grande del mundo” quedó como otro de los fiascos a los cuales nos tiene acostumbrados la T4. Hay que decir que fiascos han resultado ser para nosotros los ciudadanos, que los pagamos enteritos y que padecemos sus consecuencias, porque para López Obrador han sido un éxito rotundo: clientelares hasta la médula, están diseñados exclusivamente para endosarle el respaldo y los votos arrojados por la miseria a su partido en el gobierno. Porque Sembrando Vida no tiene el menor propósito ecológico, al igual que Jóvenes Construyendo el Futuro o los bancos “del Bienestar”, entre otros, no tienen como finalidad reducir la pobreza —que, según Coneval, de 2018 a 2020, o sea, antes de la pandemia, pasó de 41.9 por ciento a 43.9 por ciento—, sino apuntalar el proyecto político del Presidente, y nada más.

Dos notas recientes demuestran el tamaño del ridículo: de las 5 mil 142 parcelas registradas en Quintana Roo, 2 mil 426 están en áreas catalogadas como selvas, mismas que han sido peladas para cobrar 5 mil pesos al mes por sembrar allí arbolitos en su mayoría enclenques, fuera de temporada o inadecuados para la localidad. A nivel nacional se estiman 440 mil beneficiarios con un costo para nuestros impuestos de más de 70 mil millones de pesos, mismos que el Presidente cacarea como justificación para trasquilarle el presupuesto a instituciones que mal que bien sí se dedicaban a proteger el medio ambiente. La meta de sembrar 500 millones de plantas no pasó de 36 millones, y desde la llegada del programa se han perdido alrededor de 760 mil hectáreas forestadas, con la opacidad y la corrupción enseñoreándose allí como en el resto de las creaciones de López Obrador: la Secretaría de Bienestar se ha rehusado a aclarar los datos imprecisos y a veces contradictorios de su padrón, o los hechos de corrupción entre su personal, como cuando le piden moches a los campesinos para certificarlos.

Para muestra basta un granito de cacao: en el arranque de Sembrando Vida, enmarcado por la hermosa Selva Lacandona, López presentó a Hugo Chávez Ayala como miembro del consejo y coordinador del programa. Chávez es amigo de juventud de los hijos presidenciales y asesor desde 2014 de El Rocío, la finca cacaotera de los López Beltrán, como lo sería luego de su empresa de chocolate, misma que Andrés Manuel López Beltrán registró al mes o dos del nombramiento de su cuate de juventud. El también exportador de cacao fino impuso en Tabasco, desde su puesto directivo en el programa de reforestación, sin estudios técnicos ni consulta con las comunidades, la siembra mayoritaria de esos arbolitos, vendiéndole al personal responsable dos millones de sus propias semillas y amarrando la exclusividad de las futuras cosechas para su empresa, Agrofloresta Mesoamericana, que curiosamente comparte empleados, trabajadores y material audiovisual promocional con El Rocío. 

¿Qué dice el Presidente de la integridad de todo esto? Pues, lo de siempre: arremete contra los mensajeros que ventilan su ineptitud mientras justifica a los corruptos en su seno. De perdido, para curarnos la muina, no nos va a faltar chocolate.

@robertayque

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Roberta Garza
  • Roberta Garza
  • Es psicóloga, fue maestra de Literatura en el Instituto Tecnológico de Monterrey y editora en jefe del grupo Notivox (Notivox Monterrey y Notivox Semanal). Fundó la revista Replicante y ha colaborado con diversos artículos periodísticos en la revista Nexos y Notivox Diario con su columna Artículo mortis
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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