En México las infancias enfrentan la peor pobreza; niñas y niños sufren mayor precariedad respecto al resto de la población.
Afirma el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) que los niveles más graves de marginación infantil se expresan en los estados del sur del país, particularmente entre las comunidades indígenas.
Estos datos abarcan diez años de medición, lapso en el que han empeorado las cosas.
Insensible frente a esta trágica circunstancia, el gobierno federal continúa reduciendo el presupuesto destinado a este grupo de edad. Organizaciones como Unicef y Save the Children señalan como muy preocupante la tendencia decreciente de la inversión pública destinada a las infancias.
En el presupuesto de 2023 este sector merecerá únicamente 0.25% de los egresos federales. En contraste, los apoyos para adultos mayores significarán 19.8% del total.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador discrimina sin ambigüedad: mientras que para el año próximo se incrementarán en un 12.8% los recursos asignados para las personas mayores, la inversión educativa solamente recibió un aumento de 4.5%, el cual es menor a la tasa de inflación.
Con todo, la mayoría del partido Morena no está dispuesta a afectar el programa estrella de la administración —adultos mayores— para distraer recursos a favor de las infancias, aunque se trate de la población más pobre y vulnerable.
La distancia emocional del gobierno lopezobradorista con las niñas y los niños cuenta con antecedentes.
Comenzó con la escasez de medicamentos oncológicos que ha llevado a los padres y las madres a realizar manifestaciones durante cuatro años sin que el problema se haya atendido definitivamente.
Luego vino la decisión de desaparecer el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) para fusionarlo con el DIF. Una pérdida institucional muy lamentable.
Más recientemente se presentó la crisis de intoxicación en las escuelas de Chiapas y Veracruz que, después de casi tres semanas, continúa sin ser explicada.
Zoom: las niñas y los niños no importan, si son pobres e indígenas importan todavía menos, si tienen cáncer son aún más irrelevantes. Acaso la explicación respecto de esta arbitrariedad sea simple, mientras los adultos mayores votan, las y los niños no.
@ricardomraphael