Los planes ferroviarios son ambiciosos y es innegable que urge mejor conectividad, pero la vía y el vagón o la carretera y la caseta no son solos la solución. El plan de movilidad debe desarrollarse según la concepción de futuro que tenemos de nuestro país. La pregunta es: ¿qué México queremos habitar?
Los finlandeses, que pueden ser un ejemplo a seguir, al planear la movilidad visualizan qué planeta quieren cohabitar, ya no solo qué país. Su plan conlleva soluciones climáticas que combinan tecnología para crear un ecosistema centrado en el ser humano. La misión es una movilidad resiliente y para eso tienen por lo menos 100 socios que apoyan una interconexión de industrias. El acercamiento es holístico, contempla todos los tipos de transporte público y privado, una logística inteligente, sostenibilidad, accesibilidad y conveniencia para los usuarios.
El Tren Maya ha sido el proyecto insignia de México en los últimos años. Hace unos días en el Diario Oficial de la Federación nos enteramos que se expropiaron tres terrenos de más de 5 mil hectáreas por 16 millones 589 mil pesos para la infraestructura de la siguiente fase. Al primer año de operación, el Tren Maya tuvo pérdidas de 2 mil 561 millones de pesos.
“Ningún proyecto ferroviario en el primer año de operación recupera su inversión”, me dijo Maite Ramos, directora general de la región Norte de Latam para Alstom, empresa que construyó 219 vagones para el Tren Maya. Lograr ingresos implica buscar otras opciones, ser “creativos” y planear el desarrollo de las estaciones y las economías alrededor, me explicó Maite.
La presidenta Claudia Sheimbaum quiere aumentar el casi nulo transporte de pasajeros por tren y duplicar la carga transportada con una inversión de un poco más de un billón de pesos. Los proyectos los conocemos: el tren de pasajeros de Ciudad de México a Querétaro, del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) a Pachuca, México a Nogales y otro a Nuevo Laredo. Y no bajan la guardia, pues ayer salió la licitación para 15 trenes eléctricos para el de México a Pachuca, que atenderá unos 100 mil pasajeros diarios.
La red de movilidad necesita trenes para transportar a más personas de forma eficiente, reducir el tráfico, mejorar la seguridad de las carreteras y ofrecer una experiencia amable y productiva. Sería deseable que esté integrada a soluciones más amplias, contemple un desarrollo sostenible de las comunidades manteniendo su licencia social y, sobre todo, tenga un punto de partida muy claro: el usuario, ese que habitará el México del futuro.