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Mamás de la pandemia

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Para mi mamá, a quien extraño

La pandemia cambió todo: cómo trabajamos, nos relacionamos, usamos la tecnología y hasta gastamos. Pienso en las mamás porque en medio de esta pandemia veo cómo nuestro rol evoluciona. Pienso que mi madre, como muchas, está aislada de sus hijos y nietos, que otras enfrentaron el desempleo o decremento salarial, unas malabarean nuevos roles (el de maestra, el de cuidadora, el de médico en la primera línea), y que quienes son las únicas proveedoras buscan alternativas para asegurar su supervivencia. Todas cambiamos cómo consumimos: compramos más litros de leche que nunca, nos animamos a pedir todo en línea, reducimos al máximo los gastos o hemos tenido que pedir ayuda financiera.

“La crisis es un estado de desequilibrio porque los mecanismos para resolver problemas no funcionan como antes, no son suficientes o resolutivos”, me dijo el Dr. Jorge Abia, codirector del Instituto Milton H. Erickson de CdMx.

Malabareamos con las emociones y “trabajamos con la maestra frustración”, como la llama Abia, para resolver. En ese proceso debemos comprender qué roles definen nuestra identidad y cómo impactan la negociación en los sistemas a los que pertenecemos: la familia, el ámbito laboral, el social… y el financiero.

El Dr. Abia me explicó que las negociaciones en cada sistema se dificultan porque muchas veces no tenemos un plan/proyecto de vida. Hay que preguntarnos: ¿qué siento?, ¿qué pienso?, ¿qué quiero?

En el caso financiero las respuestas permiten negociar o acordar qué pago va primero y qué meta es más importante.

Por ejemplo, en las últimas semanas Credifiel notó que las mujeres, sobre todo madres solteras, solicitan financiamiento por montos hasta 35 por ciento mayores a lo usual. Además, ahora las razones son: salud y liquidez diaria, porque “los pagos no paran”, me dijo su director comercial, Dante Teytud, y añadió que pesa más el tema de alimentos porque se quiere un abastecimiento mayor para no salir mucho y porque estamos todos en casa. Las cuentas no salen, manejamos el miedo y quizá el enojo, y muchas resuelven pidiendo un préstamo.

Lo mismo debemos hacer en cada sistema, ya sea con las tareas del hogar, el tiempo que dedicamos a los hijos, sus clases y tareas virtuales, y las horas en las que contestamos mensajes del trabajo.

“Emociones como la frustración, el dolor emocional, el miedo, la tristeza y el vació son extraordinariamente útiles. Tienen una función evolutiva y si las aprovechamos para resolver, evolucionaremos a una mejor perspectiva de calidad de vida”, me dijo el Dr. Abia.

No sabemos si al final de las crisis ajustes como el home office serán rutina, aprendizaje, o solo un recuerdo, pero quiero pensar que las mamás que sobrevivíamos no olvidaremos los ajustes que otros hagan (como que el sistema financiero nos dé créditos cuando los necesitemos) por acomodar nuestro plan de vida.

@vivircomoreina

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Regina Reyes-Heroles C.
  • Regina Reyes-Heroles C.
  • [email protected]
  • Periodista. Autora del libro Vivir como reina y gastar como plebeya. Conductora de Notivox Negocios, programa semanal de entrevistas con directivos y personajes clave en el mundo económico. Publica su columna sobre finanzas personales todos los jueves. Mamá de dos.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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