¿Qué enseñar a los más jóvenes sobre el dinero? Que no solo se gasta y que lo más importante es el autocontrol.
Los billetes y las monedas adquieren un perfil más interesante cuando necesitamos ciertas aptitudes para aprovecharlos como herramienta.
El objetivo es que los más jóvenes descubran que el dinero se ahorra, se invierte, se pospone, se pone a trabajar para producir más y, entonces, permite planear. Lo último que se hace con él es gastar.
En México hay más de 24 millones de personas jóvenes mayores de edad; seis de cada 10 tienen un trabajo y el resto estudian o realizan cuidados y labores domésticas no remuneradas, según la ENOE. Tienen un ingreso promedio de casi 8 mil pesos al mes y más de la mitad está en el sector informal.
Solo tres de cada cinco tienen al menos un producto financiero formal, según la ENIF, una cuenta, un crédito, seguro o Afore, y solo uno de cada 20 posee los cuatro tipos.
Una minoría ha hecho transacciones bancarias o pagos en línea con tarjetas de débito, aún cuando 95 por ciento usa internet vía un celular inteligente, según la Endutih.
Tienen acceso a 42 neobancos, 415 fintechs dedicadas al crédito, 362 enfocadas en patrimonio y 322 en pagos, según Finnovating, pero sus finanzas no son digitales y hay poca alfabetización financiera.
La mayoría de edad y ganar dinero vía un empleo son puertas de entrada al sector financiero. La última es poco eficiente, pues si la mayoría obtiene recursos de un sector informal, la relación con el dinero es igual. Y si ahorrar cruza su mente, la solución es también informal para dos de cada tres, de acuerdo con la ENIF.
La educación financiera parecía ser la solución más obvia y la hemos intentado con varias estrategias; da tristeza que estos datos no han cambiado mucho. No crean, querido lector y querida lectora, que he perdido la fe. Creo que nos ha faltado acompañarla de un entendimiento de otros factores como “rasgos de personalidad y elementos sociodemográficos, así como la (in)capacidad de diferir la gratificación”, como bien dicen Christian Siegfried y Eveline Wuttke en su investigación sobre las influencias de la alfabetización financiera.
El autocontrol interactúa e influencia la salud financiera y debe ir acompañada de alfabetización financiera.
La capacidad de posponer es el inicio del balance entre las metas de largo plazo (el retiro) y las de corto (la vacación), y es clave porque las tentaciones de lo inmediato suelen entrar en conflicto con los requerimientos de lo planeado para el futuro, explican Siegfried y Wuttke.
Los más jóvenes deben aprender que el dinero no solo se gasta y que les conviene posponer sus impulsos. Solo así, en un contexto como el actual de globalización e incertidumbre, sabrán que el foco está en tomar la responsabilidad de su propia seguridad financiera.