Las marchas del domingo pasado se convirtieron en una catarsis de los opositores al gobierno de López Obrador; le gritaron consignas y muchos calificativos, más que apoyar el hashtag El INE no se toca.
Fueron miles de ciudadanos que libremente, sin lonche, ni refresco, ni acarreo, se reunieron para marchar o manifestarse en más de 60 ciudades del país, para externar su desacuerdo con la propuesta de reforma electoral con la que el gobierno pretende volver a los tiempos de un solo partido, al proponer elegir en forma tramposa a consejeros y magistrados.
Los insultos que expresó el presidente a los asistentes de la marcha como racistas, clasistas, corruptos, inmorales, hipócritas, cretinos, se convirtieron en un estímulo para acudir a las manifestaciones y reprochar el actuar de un gobierno que habla mucho, pero hace muy poco.
La manifestación de este grupo de ciudadanos sorprendió y rebasó las expectativas de los organizadores y del mismo gobierno, que desde el principio intentó minimizarla como lo hicieron Martí Batres, y Claudia Sheinbaum, al calcular en 10 o 12 mil los asistentes a la marcha de la CdMx. La asistencia tan tuvo impacto en el gobierno, que ahora el presidente anuncia la revancha, una marcha para el domingo 27 de noviembre, argumentando que “la gente”, quiere que marchemos y poder ver si la gente está contenta con la “transformación”. Sin duda, esa será una gran marcha con gran asistencia, pero que a nadie va a sorprender, porque se usarán los tradicionales mecanismos para acarrear a las personas, sin descalificar a los que tengan su propia razón para asistir.
Y la pregunta que nos seguimos haciendo es: ¿qué sigue? Desde el gobierno seguirá la polarización, retomar este tipo de revanchas, distraer, mentir y tratar de imponer la narrativa a pesar de que los malos resultados en seguridad, salud, educación y economía en estos cuatro años de gobierno. Mientras que la oposición deberá tratar de encontrar un liderazgo, que retome las inconformidades y pueda armar una propuesta atractiva, simple, propositiva y de re/construcción de país, para que los ciudadanos en el 2024 podamos contrastar entre dos proyectos de gobierno. Los ciudadanos han empezado hablar, miles ya dieron el primer paso en forma libre, pero no es suficiente, se necesitan muchos más para evitar que se siga destruyendo al país.
Raúl Frías