La historia es conocida, pero me da por recordarla: en 1953 Arnaldo Orfila Reynal, Joaquín Diez Cando y Alí Chumacero iniciaron en el Fondo de Cultura Económica la serie Letras Mexicanas. Juan Rulfo fue invitado a publicar sus cuentos en dicha colección: El llano en llamas. En ese mismo año Rulfo fue becario del Centro Mexicano de Escritores junto a Juan José Arreola, Ricardo Garibay, Alí Chumacero, Miguel Guardia y Luisa Josefina Hernández. Cada miércoles se reunían en una casa en la Avenida Yucatán, de la colonia Roma, en la Ciudad de México, para leer y criticar los textos que traían entre mente y manos.
Un año después, Rulfo comenzó a escribir una novela que durante muchos años trajo en la cabeza. Cuenta el propio Rulfo que para comenzar a escribir aquella historia compró un cuaderno escolar en el que anotó a mano el primer capítulo. Rulfo recuerda:
“Al llegar a casa, después de mi trabajo en el departamento de publicidad de la Goodrich, pasaba mis apuntes al cuaderno. Escribía a mano, con pluma fuerte Sheaffers y en tinta verde. Dejaba párrafos a la mitad, de modo que pudiera dejar un rescoldo o encontrar el hilo pendiente del pensamiento al día siguiente. En cuatro meses, de abril a agosto de 1954, reuní 300 páginas. Conforme pasaba a máquina el original destruía las hojas manuscritas… Llegué a hacer otras tres versiones que consistieron en reducir a la mitad aquellas 300 páginas. Eliminé toda divagación y borré completamente las intromisiones del autor. Arnaldo Orfila me urgía a entregarle el libro. Yo estaba confuso e indeciso. En las sesiones del centro, Arreola, Chumacero y Xirau me decían: ‘Vas muy bien’. Miguel Guardia encontraba en el manuscrito sólo un montón de escenas deshilvanadas. Ricardo Garibay, siempre vehemente, golpeaba la mesa para insistir en que mi libro era una porquería”.
Aquel manuscrito tuvo dos títulos tentativos. El primer fue Los murmullos y el segundo Una estrella junto a la luna. Finalmente Rulfo lo entregó a los editores del Fondo de Cultura Económica en septiembre de 1954 con el nombre de Pedro Páramo. En marzo de 1955 apareció su primera edición, dos mil ejemplares. La mayor parte de las críticas a la novela de Rulfo en los meses posteriores a su publicación no fueron positivas. No hace falta decir nada sobre lo que ocurrió con este libro al paso de los años. Editor, crítica y escritor.