En la permanente disputa por el poder en México, los últimos años la confrontación se ha visto muy desequilibrada, el ala conservadora que ejerció el poder durante décadas se ha visto gradualmente mermada hasta llegar a una crisis política, electoral, de credibilidad, con notorias carencias de ideas y argumentos para el debate, no tienen personajes con liderazgos que atraigan, no hay perfiles limpios que posean autoridad moral, y algo de lo más grave, hay una notable ausencia en el debate ideológico, todos estos perceptibles elementos son determinantes para deducir que no tienes forma de obtener un buen resultado a corto y mediano plazo en la confrontación política, lo cual se refleja en resultados electorales y a su vez en espacios de poder.
Siguen con sus campañas pretendiendo que una mentira que se diga muchas veces se convierta en verdad, y así poder convencer a un electorado cada vez más cautivado por el proyecto del Presidente López Obrador mientras que la oposición trae su discurso contra el comunismo entre otras más ocurrencias que según ellos serán herramientas efectivas de persuasión, insisten en que México se convertirá en Venezuela con una crisis que despoje a las personas de los más elemental y dibujan un país en el caos con una realidad apocalíptica.
Lo cierto es que sus presagios y malos augurios que realmente eran deseos de que al Presidente más votado de la historia le fuera mal, en consecuencia al país sin importar que ello implique sufrimiento, lo que ellos pretenden es que haya destrucción, violencia, pobreza, muerte, sufrimiento para que todo ello genere un sentimiento de arrepentimiento y puedan ellos, los de la derecha regresar al poder para recuperar privilegios, para seguir haciendo negocios al amparo del poder, esa es realmente su concepción, para ello hacen política, no les importa el pueblo como por décadas no les importó.
La oposición trae un discurso ya por demás trillado, en México va al comunismo; lo cierto es que no hay un ápice que se acerque a ninguno de sus presagios, pasa todo lo contrario, hay más inversión extranjera, hay un manejo responsable de las finanzas, esto es, no aumentar deuda pública, pagar la que se tiene, no aumentar ni crear nuevos impuestos, la generación de un importante ahorro con una política de austeridad y haciendo que paguen impuestos lo que antes no pagaban como favor por haberles financiado campañas electorales.
Aseguraban que habría expropiaciones, se despojaría de propiedades de manera arbitraria, pero nada de eso ha pasado ni va a pasar, no habrá socialismo ni comunismo en México, lo que si hay es una transformación que se pretende sea lo más profunda, que cambie de raíz y nazcan nuevas formas de convivencia social, se aspira realmente a cosas grandes, que no son rápidas ni fáciles, más cuando los grandes males están muy arraigados, el proceso de transformación llevará años, pero ya están cimentadas las bases para construir una sociedad y una clase política que la ética y los valores sean directrices de conducta.
La tarea es titánica, pero no imposible, ya no puede haber vuelta atrás, la oposición ve una oportunidad en marzo de 2022 para truncar la transformación, ya que por primera vez se someterá a un Presidente a una evaluación y revocación de mandato, ellos siguen en su campaña, dotada de calumnia y vulgaridad, la población contrasta actuación, conducta, hechos, el país está polarizado por ellos, no conciben y no lo digieren que su ruta es la que los seguirá disminuyendo más.