Una vez que se definieron las candidaturas por los partidos políticos, se intensifica la confrontación en el marco de una contienda electoral, que realmente se mantiene una simetría que divide dos bloques la polarización política en el país, por una lado, la congregación de varias fuerzas en torno a la cuarta transformación en la que confluyen varios partidos, por otro lado, una muy desgastada oposición carente de liderazgos y de propuestas.
La oposición carga un lastre inocultable de historia reciente que la estigmatiza como la encarnación del México de la corrupción y de la impunidad, ese concepto se encuentra latente en el imaginario del electorado, donde personajes de renombre nacional y en cada región y entidad otros locales que son famosos por burdos desfalcos y nexos con el crimen organizado, de esa forma es difícil revertir esa idea en la gente que no pueden regresar al poder, esto independiente a la aceptación del gobierno de Andrés Manuel principalmente por su política social y su combate a la corrupción.
De esta forma es como se entiende el discurso de odio, la campaña mediática de calumnias, su desesperación es de tal magnitud que no pueden trazar una estrategia en frío, que les permita ver con sensatez la sustancia del rejuego político, le apuestan a eso, a que pueden transmitir al electorado el odio que ellos sienten, apoyados en sus comunicadores de siempre, esos que se enriquecieron con contratos millonarios por esconder la corrupción y alabar al gobernante, hoy siguen siendo siervos que tergiversan, calumnian desde una nota o una editorial, o desde las granjas de miles y miles de bots, en eso se centra su campaña.
El gran problema que tienen es la carencia de credibilidad, simplemente en su propaganda electoral reducen al máximo los logotipos de sus partidos porque en el fondo les da vergüenza y saben que la marca ya no vende por muy bueno que sea el producto (candidato o candidata), ya no pueden tan fácilmente engañar a la gente, hay otro nivel de conciencia respecto a las épocas donde el PRI y PAN manipulaban la elección a su antojo con la compra del voto aprovechándose de la necesidad de la gente.
Aun y cuando se hayan cometido errores en la postulación de candidatos y candidatas del lado de MORENA, hay un electorado convencido que es el rumbo correcto del país, aun y cuando también puedan existir errores desde el gobierno, posibles malos funcionarios, incluso reconocer de posibles actos de corrupción, lo cierto es que ésta ya no está generalizada, ni tampoco está auspiciada ni protegida desde las cúspides del poder, hay un viraje notable en este tema, aunado a ello que la política social tiene como su principal característica el humanismo y protección de derechos fundamentales de las personas.
Simplemente la cobertura de programas sociales no tiene precedentes ni comparación con los que tenía el antiguo régimen, la gente los ubica que solo eran en tiempo electoral, condicionados, focalizados e insultantes en cuanto a sus montos, sin mencionar que eran operados más por una estructura partidista que por una instancia de gobierno.
Así pues, el escenario de confrontación electoral en estos comicios intermedios, si MORENA gana la mayoría de las gubernaturas como indican las mediciones, el país tiende a consolidar un proyecto de transformación profunda por decisión popular, en el que se sustentabilizan formas diferentes de gobernanza y de hacer política, dichos cambios no son rápidos ni fáciles, pero sin ellos no se puede aspirar a tener la sociedad a la que todos aspiramos, con un nivel de humanidad con auténtico humanismo acorde al desarrollo de la civilización en estos tiempos.