Es para celebrar en serio el pase la selección mexicana de beisbol a los Juegos Olímpicos de Tokio del año que entra. Por lo que significa en sí mismo, en términos de presencia de atletas nacionales en el máximo evento del deporte mundial… pero también porque el pase se consiguió al derrotar, en un juego dramático, a la selección de Estados Unidos, la gran potencia en esta disciplina.
Le ha resultado a nuestro país ser competitivo en deportes de conjunto… En los juegos de Londres 2012 la selección mexicana de futbol fue capaz de ganar la medalla de oro… Y hace muchos años, en 1936, en los Juegos llevados a cabo en Berlín, la selección mexicana de basquetbol varonil obtuvo la medalla de bronce.
Si la selección mexicana de beisbol ha sido capaz de vencer a la de los Estados Unidos algo bueno se debe esperar de su participación en Tokio.
Como sucede en el futbol con el éxito que alcanzan las representaciones varoniles en los Mundiales Sub 17 (ayer el equipo dirigido por el Chima Ruiz se quedó a un pasito del campeonato mundial), el éxito del equipo nacional de beisbol no es gratuito o de generación espontánea.
Más allá y antes de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador se manifestara como un gran aficionado a este deporte, el beisbol en México venía creciendo de forma sostenida.
Las dos grandes ligas profesionales que coexisten en el país (la de verano y la del Pacífico), se han comprometido a generar y formar talentos con calidad de exportación a las Grandes Ligas de los Estados Unidos.
Tener representación en Tokio 2020 le va a dar muchísimo impulso al beisbol mexicano. Habrá más atención para las dos ligas y si el mensaje es bien llevado, seguramente también muchos más niños y jóvenes de los que ahora mismo lo practican se van a interesar en jugarlo.