Contrario a lo que muchos han dicho, no me parece que la principal ventaja que dejará la Leagues Cup sea monetaria. Es verdad que los 18 equipos de la Liga Mx, unos más otros menos, ingresarán a sus arcas una buena cantidad de dólares estadunidenses. Pero ese dinero no les ayudará ni para resolver un mes de nómina.
La Leagues Cup deja un alto contraste que debe servir para tomar mejores decisiones a quienes se ostentan como propietarios de los equipos de futbol en México. Nunca todos los integrantes de una competición se habían enfrentado a los de otra. Lo que vemos cada año es la participación de los tres o cuatro mejores equipos de una Liga insertados en un torneo como la Concachampions. O cuando, hace ya algunos años, los equipos mexicanos pudieron competir en la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana se repetía este último esquema: solo los cuatro “mejores” tuvieron acceso.
La Leagues Cup llevó a los aficionados de nuestro país y a los equipos de la Liga Mx a conocer de forma real y profunda a los equipos de la MLS… Sus estadios, sus aficiones, sus entrenadores, sus jugadores… su logística, sus patrocinadores… virtudes, pero también defectos.
La conclusión automática, proveniente de la humildad que genera la buena autocrítica, debería reconocer que este contraste permitirá identificar mejor los alcances, los límites y los propósitos.
Esto debería de establecerse en un documento firmado por todos los dueños y directivos de equipos. Y lo más inteligente y honesto sería hacerlo público para que exista un compromiso ineludible de mejora.
Yo vi muy buenos equipos en la MLS que arrasaron en la cancha a algunos de sus rivales mexicanos. Con un futbol vertiginoso, sin mañas, con muy buenos jugadores jóvenes tanto estadunidenses como de otros países. Y por supuesto reparo en figurones como Messi, Busquets, Jordi Alba… No es curioso que el único equipo de la Liga Mx que trajo a uno de Europa de renombre, los Rayados, sea el que siga vivo.