Hay una serie de absurdos que afectan la credibilidad de la Liga Mx. El primero y más notorio tiene que ver con la insuficiente tecnología con la que se opera el VAR, el mecanismo que se usa para acabar con las injusticias arbitrales.
No se cuenta, para no ir más lejos, con el recurso más adelantado para marcar la línea del fuera de lugar. Los famosos vectores. Se intentan crear líneas que simulan esta tecnología, pero resultan poco efectivas para acabar con las polémicas. Ante esta carencia, a veces las propias televisoras que transmiten los partidos semana a semana, improvisan estas líneas contribuyendo al caos.
¿Cuánto cuesta adquirir esta tecnología? No lo sé, pero lo que resulte es poco para los presupuestos que se manejan en el futbol profesional mexicano. La Liga Mx mueve muchísimo dinero como para andar con actitudes pichicateras.
Coincido con algunos colegas que se han pronunciado por exhibir que al VAR que se aplica ahora mismo, le hace falta uniformidad y que las cámaras que se utilizan para transmitir los partidos sean suficientes para captar todos los momentos del juego y no lo que decida el productor en turno.
Tampoco se tiene la tecnología que marca cuando un balón traspasa la línea de gol. Ya vivimos en esta temporada una acción que resultó polémica con este contenido. Fue en el partido entre el Cruz Azul y el Pachuca. Un balón que para muchos rechazó bien el portero Kevin Mier, el VAR terminó marcando gol tras el cabezazo de Salomón Rondón. Los espectadores nunca vimos una toma lateral o en línea al marco. En consecuencia tampoco la pudieron ver los árbitros del VAR. ¿Entonces cómo se atrevieron a marcar el gol a favor del Pachuca? Solo ellos saben.
En este mismo renglón tan delicado que es el del arbitraje es indudable que la Liga Mx debería de pedirle a la Federación Mexicana de Futbol una mucho mejor capacitación de los silbantes.