En los próximos días comenzará a circular en las librerías Educal del país el nuevo libro del escritor Carlos Olvera (1940-12013), hecho en colaboración con el pintor mexiquense Leopoldo Flores (1934-2016). Se trata "Esperando a Cortázar", una colección de poemas y dibujos cuyos temas y tratamientos dialogan en torno del Mayo francés y los ideales de las revoluciones pacíficas en nuestros días.
Editado por el Fondo Editorial estatal y la Universidad Autónoma del Estado de México, "Esperando a Cortázar" es un volumen póstumo de dos autores que murieron recientemente, lo que les impidió ver cristalizado este proyecto del que hablaron por primera vez en 1968, en el Café de Cluny de la capital de Francia, en octubre de 1968, mientras esperaban al escritor argentino del título.
Aquellas conversaciones, de las que dieron cuenta separadamente Olvera y Flores para la radio y la televisión a lo largo de los años posteriores, versaron sobre las consecuencias en la vida sociocultural de los artistas de todo el mundo, en especial de México, pues ambos autores sabían que tanto en Francia como en nuestro país el movimiento libertador era una realidad cada vez más evidente en todos los círculos de la vida social.
Para realizar este libro, inacabado pero largamente soñado por ambos autores, fue necesario que Patricia Maawad y yo investigáramos cuáles habían sido los textos que Carlos Olvera había escrito a su arribo a la Ciudad Luz, auspiciado por el Gobierno de Francia. Encontramos dos tipos de textos: el primero, las anotaciones de un diario personal que constataba el asombro y la disposición de ánimo que suscitó en Carlos Olvera pisar por primera vez su admirado París. El segundo grupo de textos fue un conjunto de poemas que exaltaban los valores centrales de la Revolución Francesa y que Olvera relacionó con el movimiento estudiantil del Mayo francés, que por agosto de 1968, mes en el que llegó Olvera, aún tenía fuertes expresiones entre los jóvenes, toda vez que la revolución intelectual de París tocaba las aulas, los sindicatos, las asociaciones de profesionistas y, sobre todo, la masa de trabajadores de todo el país. Esa emergencia social era el ambiente idóneo para que otro artista revolucionario, como lo fue Leopoldo Flores, coincidiera con Olvera en forjar, cada uno en su disciplina, un recuerdo unánime de esa época con un libro conjunto. Flores decidió fijarlo a través de una serie de 25 dibujos de la fuente de Saint Michel, centro de reunión físico y simbólico de los estudiantes.
De eso trata "Esperando a Cortázar", un libro que revela al incipiente poeta Carlos Olvera y constata el compromiso revolucionario que inspiró la obra de Leopoldo Flores. Hay que leerlo.
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