Política

Cuestiones ecológicas

Ya en 1989, Juan Pablo II, en una conferencia en la FAO, aseguraba que "la protección del ambiente natural se ha convertido en un aspecto nuevo e integral del problema del desarrollo". Esto lo relacionaba con el tema de la lucha contra el hambre y con el proceso de desarrollo. Decía que "es cada vez más evidente el hecho de que el uso indiscriminado de los bienes disponibles, que amenaza a las fuentes primarias de energía, de recursos y al ambiente natural en general, comporta una grave responsabilidad moral. No sólo la actual generación sino también las generaciones futuras pagarán las consecuencias de tales acciones".

El tema lo abordó en varias ocasiones, entre las que destacan sus comentarios en los números 37 y siguientes de la encíclica "Centesimus annus", de 1991, que conmemoraba los cien años de la encíclica "Rerum novarum" de León XIII.

Afirmaba que "es asimismo preocupante, junto con el problema del consumismo y estrictamente vinculado con él, la cuestión ecológica", y explicaba que "el hombre, impulsado por el deseo de tener y gozar, más que de ser y de crecer, consume de manera excesiva y desordenada los recursos de la tierra y su misma vida. En la raíz de la insensata destrucción del ambiente natural hay un error antropológico, por desgracia muy difundido en nuestro tiempo".

Esto significa que ya en aquellos años de su pontificado se podía observar el fenómeno de la destrucción del ambiente, que le resultaba preocupante, y señalaba un punto clave para comprender la situación: un error antropológico. Con ello indicaba el pontífice la importancia de saber qué es el ser humano para afrontar debidamente la cuestión. Para ello añadía que el problema deriva de que el hombre, que descubre su capacidad de transformar y, en cierto sentido, de «crear» el mundo con el propio trabajo, olvida que éste se desarrolla siempre sobre la base de la primera y originaria donación de las cosas por parte de Dios".

Un buen enfoque de la cuestión ecológica requiere la aceptación de que no es correcto "disponer arbitrariamente de la tierra sometiéndola sin reservas a su voluntad (del hombre) como si ella no tuviese una fisonomía propia y un destino anterior dados por Dios, y que el hombre puede desarrollar ciertamente, pero que no debe traicionar".

Este papa pensaba que era necesario relacionar las cosas creadas con la verdad y ser capaces de una "actitud desinteresada, gratuita, estética que nace del asombro por el ser y por la belleza que permite leer en las cosas visibles el mensaje de Dios invisible que las ha creado. A este respecto, la humanidad de hoy debe ser consciente de sus deberes y de su cometido para con las generaciones futuras".


Google news logo
Síguenos en
Pedro Miguel Funes Díaz
  • Pedro Miguel Funes Díaz
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.