La muerte de Benedicto XVI atrajo justamente nuestra atención las semanas que acaban de pasar, pero ahora quisiera volverla al tema que correspondió a la LVI Jornada Mundial de la Paz, del primero de enero de este 2023. El tema de este año fue "Nadie puede salvarse solo. Recomenzar desde el Covid-19 para trazar juntos caminos de paz", para el cual el papa Francisco preparó un mensaje que fue publicado ya desde el 8 de diciembre de 2022.
El mensaje, apoyándose en un texto de San Pablo, comienza invitando a que "aunque los acontecimientos de nuestra existencia parezcan tan trágicos y nos sintamos empujados al túnel oscuro y difícil de la injusticia y el sufrimiento, estamos llamados a mantener el corazón abierto a la esperanza, confiando en Dios". Tras ello, el papa pasa a una breve evaluación de la situación causada por el Covid diciendo que "nos sumió en medio de la noche, desestabilizando nuestra vida ordinaria, trastornando nuestros planes y costumbres, perturbando la aparente tranquilidad incluso de las sociedades más privilegiadas, generando desorientación y sufrimiento, y causando la muerte de tantos hermanos y hermanas nuestros."
El pontífice señala que se generó un "malestar generalizado que caló en los corazones de muchas personas y familias" y que "no podemos olvidar cómo la pandemia tocó la fibra sensible del tejido social y económico, sacando a relucir contradicciones y desigualdades." Pero no se detiene en estos puntos negativos, pues dice también que debemos preguntarnos "¿qué nuevos caminos debemos emprender para liberarnos de las cadenas de nuestros viejos hábitos, para estar mejor preparados, para atrevernos con lo nuevo? ¿Qué señales de vida y esperanza podemos aprovechar para seguir adelante e intentar hacer de nuestro mundo un lugar mejor? Francisco asegura que "la mayor lección que nos deja en herencia el Covid-19 es la conciencia de que todos nos necesitamos; de que nuestro mayor tesoro, aunque también el más frágil, es la fraternidad humana, fundada en nuestra filiación divina común, y de que nadie puede salvarse solo."
El papa lamenta que cuando ya nos atrevíamos a pensar que lo peor de la pandemia había pasado, se desató la guerra en Ucrania. Sin embargo, ante el panorama concluye notando lo que hoy nos corresponde hacer: buscar garantizar la sanidad pública para todos; promover acciones de paz para poner fin a los conflictos y guerras, cuidar nuestra casa común, luchar contra el virus de la desigualdad y garantizar la alimentación y un trabajo digno para todos.
Pedro M. Funes Díaz