Cultura

Descrecimiento y coronavirus

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Algunos interpretan las grandes pandemias como un intento de la naturaleza por restablecer la armonía que el ser humano ha destruido. Me resulta difícil imaginar la evolución de manera teleológica, pero la idea de la desarmonía que conlleva el crecimiento humano es real.

Por un lado, crecen lujos y deseos: viajes, casas inteligentes, ropa innecesaria, centros comerciales, distracciones, transporte de mercancías en aviones, barcos y compras y más compras. Por otro lado, el hambre y la miseria: la última cifra de la FAO de personas con hambre en el mundo era de 821 millones.

Lo anterior solamente en el ámbito humano. Si echamos una ojeada al resto del mundo el panorama es terrible: al surgir, el ser humano antes representaba menos del 5 por ciento de la biomasa: hoy rebasa el 95 por ciento. Se ha perdido más del 90 por ciento de la biodiversidad porque el ser humano ha acaparado el planeta.

Una propuesta ante este panorama es el “descrecimiento”: crecer menos, porque no hay agua, educación, salud ni comida que alcancen, al ritmo de crecimiento actual. Pero también decrecer deseos, lujos y vivir de una manera más sencilla. La felicidad no se encuentra en lo que el dinero puede comprar, sino en la actitud que tenemos para con el mundo; quien ama, es amable y es feliz. Y para ello no hace falta ni tener más, ni querer ser siempre más: ni el dinero, ni el estatus dan felicidad: esta es una actitud ante la vida.

El problema más fuerte que enfrenta la teoría del descrecimiento es el económico: en un mundo donde lo que cuenta es el crecimiento económico, ¿cómo proponer su decrecimiento? Éste demanda un cambio en el sistema económico y político: el capitalismo ha destruido al planeta y no ha logrado que 821 millones de personas puedan siquiera comer: no ha funcionado.

La ciencia y la tecnología pueden aplicarse con una ética que responda a las necesidades de todos y no a las de unos pocos. De esa manera el ser humano podría superar su egoísmo y salvar el planeta. El íntimo núcleo egoísta del capitalismo, acaba con la vida. Hace falta un cambio: vivir con menos, porque menos, es más.

Esta temporada de encierro por el coronavirus invita a reflexionar de frente a este tema.

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Paulina Rivero Weber
  • Paulina Rivero Weber
  • [email protected]
  • Es licenciada, maestra y doctora en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Sus líneas de investigación se centran en temas de Ética y Bioética, en particular en los pensamientos de los griegos antiguos, así como de Spinoza, Nietzsche, Heidegger.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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