Es imperativo que todos los mexicanos contemos con un seguro que nos proteja contra riesgos a nuestra salud. Pero ¿cómo financiar los costos derivados de esa cobertura? Para responder a esta interrogante, es menester primero tener una idea de cuánto nos costaría. Para esto utilizamos como referencia lo que cobra el IMSS, donde cualquier persona puede pagar por recibir un servicio de atención a su salud, el cual cubre asistencia médica, quirúrgica, farmacéutica, hospitalaria y de maternidad. La prima anual pagada depende de la edad del asegurado, de conformidad con la tabla 1 donde computamos el costo total que significaría asegurar en el IMSS a toda la población, el cual sería de un billón de pesos, o sea 4.7 por ciento del PIB.
El gasto en salud presupuestado para 2021 es de $670,000 millones, que significan un 3 porciento del PIB, que parcialmente se cubre con las contribuciones obrero-patronales del sector formal.
Para financiar el déficit, o sea 1.7 por ciento del PIB, el elefante blanco que ha estado en la mesa de todos los análisis en la materia es el sector informal. Si le pidiéramos a todos los trabajadores clasificados como informales (25.6 millones según datos del INEGI) que contribuyan parcialmente con el seguro de cobertura de su salud con, por ejemplo, el máximo al que contribuyen los trabajadores formales, es decir $260 mensuales, alcanzaríamos a cubrir tan solo .3 porciento del PIB.
Aunque cuantitativamente esta suma no es significativa para cubrir el déficit de financiamiento, considero que cualitativamente significaría de facto formalizar a los trabajadores informales a través de su contribución para proteger su salud.
Nos faltaría por financiar aún 1.4 por ciento del PIB, lo cual se lograría por dos vías: formalizar a todas las empresas que no contribuyen ni con el pago que les corresponde a la seguridad social de sus trabajadores, ni con el pago de sus impuestos, y con la centralización de los servicios en una sola entidad, lo cual nos daría beneficios cuantitativos derivados de eficiencias ganadas en la administración de la salud. Además, necesitaríamos de un órgano supervisor encargado de asegurar seguridad, eficiencia y calidad.
Sí, es viable un seguro universal de salud.
Patricia Armendáriz
@PatyArmendariz