Nuestra democracia está viviendo cambios importantes para bien, pero también para mal. Por un lado, se está ocupando tiempo adicional para que los mexicanos conozcamos a los aspirantes a la Presidencia de la República, tanto por el lado oficial como de la oposición.
Sin embargo, lo acontecido en la tribuna de la Cámara de Diputados la semana pasada, tomada por asalto para promover una candidatura presidencial por parte de la oposición, significa un retroceso de nuestra democracia.
Lo ocurrido en San Lázaro la semana pasada no solo representa un asalto electorero por parte de la oposición subiendo a Xóchitl Gálvez a realizar sus propuestas de gobierno al grito de “presidenta, presidenta”, sino que significó un summum de mentiras también electoreras, que denigraron el ejercicio legislativo en un día por demás significativo. Le había antecedido la entrega del Informe presidencial cargado de datos positivos, por lo que la senadora se concentró en una mentira muy acudida por la oposición: el aumento de la inseguridad en México.
Todos sabemos lo que es una tendencia, que los matemáticos llamamos derivada. Cuando una tendencia es positiva, el área debajo de la tendencia, es decir, el número de casos de inseguridad, en cualquier momento de análisis, es superior al que le antecede. Cuando esta tendencia se convierte en negativa, el número de casos en cada observación va disminuyendo, pero el acumulado durante el periodo de análisis no necesariamente es inferior al acumulado durante el mismo periodo durante el cual la tendencia fue positiva.
Así, la senadora Gálvez acumuló el número de homicidios dolosos de la presente administración y soltó la cifra: 90 mil 398. Xóchitl Gálvez mintió al usar esa cifra para sostener erróneamente que la violencia ha aumentado en nuestro país.
Los datos duros que sostendrían semejante mentira dicen otra cosa: mientras en los últimos cuatro años que antecedieron a la presente administración los homicidios dolosos crecieron en un escandaloso 80 por ciento, pasando de 16 mil 120 a 29 mil 95 según cifras oficiales, la misma fuente acusa que durante los primeros cuatro años de la presente administración los domicilios dolosos han disminuido un 10 por ciento, donde en 2022 cerramos con 26 mil 279 homicidios dolosos. Y cerraríamos en 25 mil en 2023 de mantenerse la tendencia negativa mensual que llevamos en 2023. Nuestra democracia de por sí incipiente, no merece mentiras a los ciudadanos.