Ante el inminente regreso a clases presenciales de más de un millón 700 mil alumnos en el estado en el modelo híbrido, es pertinente hacer algunas consideraciones.
En primer lugar, el retorno de los estudiantes a las aulas el 30 de agosto, más allá de la disposición gubernamental, se trata de una responsabilidad compartida del gobierno con la sociedad, en particular con los padres de familia, ante los riesgos por la pandemia.
La secretaria de Educación Pública (SEP) federal, Delfina Gómez Álvarez, dio a conocer los 10 puntos para el regreso a clases, donde el mayor énfasis en las disposiciones están relacionadas al protocolo sanitario con tres filtros.
Es importante, entonces, la aplicación de gel antibacterial, guardar la sana distancia y la limpieza en las aulas, pero en el punto diez destaca la existencia de un carta compromiso firmada por los padres, mismas que deberán presentar los alumnos al ingresar a los planteles educativos.
Lo deseable es que la carta se trate de un compromiso entre padres de familia y autoridades educativas ante los riesgos de contagio de covid-19, y no una carta responsiva donde el gobierno se deslinde y asuman el riesgo las familias. La SEP federal y estatal, así como los maestros del SNTE, deberían también firmar una carta con los tutores y alumnos para mejorar la calidad de la educación básica, que está por los suelos, y se agravó por el encierro.
En este contexto, no se justifica que ante la crisis sanitaria las asociaciones de padres de familia impongan en las escuelas públicas el pago de cuotas escolares “obligatorias”, que no voluntarias, mismas que se han incrementado hasta 40 por ciento.
Tampoco se justifica el aumento de más de 15 por ciento en el precio de las listas de útiles escolares, en medio de una economía golpeada por la pandemia, que dejó sin empleo a muchos padres de familia.
Debemos confiar en el criterio de las autoridades educativas y de salud para que, de seguir en aumento los contagios por el virus, regresen las clases de manera virtual y evitar una tragedia mayor de salud pública con la multiplicación de contagios y muertes por covid-19.