En materia de seguridad pública, lo más importante para cualquier ciudadano y familia porque da tranquilidad y calidad de vida, México parece cada día un mundo irreal.
Son tantos los ejemplos al alcance inmediato de las manifestaciones de inseguridad pública, que no deja de sorprendernos porqué ha terminado con la tranquilidad de los habitantes de los centros urbanos y zonas rurales.
En el territorio poblano, por ejemplo, observamos cómo ocurren y aumentan los robos en el transporte de, los atracos a la salida de un cajero o un banco.
Sorprenden y asustan a los ciudadanos la escalada de homicidios dolosos, la guerra sangrienta entre bandas que se disputan las ciudades por actividades de narcomenudeo.
Comerciantes, principalmente, pero también profesionistas y ciudadanos corrientes, son víctimas del cobro de piso y la extorsión; de negarse en muchos casos les cuesta la vida.
Día a día conocemos o informamos del ascenso del robo de gas LP en las tomas clandestinas de los ductos de Pemex, lo fue primero con las gasolinas, pero cambiaron y profundizaron la actividad, y también se diversificaron.
Una de las actividades delictivas en ascenso es el robo carreteros al transporte pesado de carga; la autopista de Puebla, al sureste mexicano, es considerada la mas peligrosa del país.
Pero hay más problemas en materia de seguridad pública. La apropiación por parte de las células del crimen organizado del territorio poblano es una realidad, principalmente, de la ruta de trasiego de drogas.
El territorio poblano, como en otros estados de ruta a la frontera norte, es ahora parte del mapa del gran negocio del tráfico de personas, que genera más ganancias que el tráfico de drogas; la llamada esclavitud moderna.
Son innumerables las expresiones y manifestaciones de la violencia ligada a la delincuencia y la inseguridad pública; luego, entonces ¿para qué debatir si la Guardia Nacional pasa por decretazo a la Sedena?
Si persiste la estrategia de los abrazos y no balazos, ¿de qué nos sirve la Guardia Nacional, con civiles o militares al mando? Es un falso debate, porque la GN es inexistente y el Estado ha abandonado a su suerte a los ciudadanos, convertidos en alimento para los insaciables buitres delictivos.
