Estar a favor de las energías limpias o renovables en México no debería ser una causa para recibir improperios o adjetivos calificativos como “conservadores”, “antipatriotas” o “traidores”.
Estos adjetivos los endilga el régimen actual contra quienes difieren en la insistencia gubernamental de generar electricidad con los llamados recursos fósiles, altamente contaminantes.
En el mundo los acuerdos y tratados internacionales para disminuir el calentamiento global radican, justamente, en prescindir de la explotación de los yacimientos petroleros para generar energías limpias debido a la asfixiante contaminación.
Esta es la diferencia o la disyuntiva en la generación y cogeneración de energías, entre el uso de fósiles o la aplicación de recursos naturales como el viento y los rayos del astro sol.
Para la opción limpia se ha creado tecnología e inmensos parques fotovoltaicos y eólicos, así como panales solares, los cuales sirven en el suministro de electricidad a viviendas, alumbrado público, el comercio y la industria.
Pero el gobierno de la 4T insiste en el uso de explotación de fósiles, pese a los tremendos daños al medio ambiente; se empeña en su proyecto estrella: la refinería Dos Bocas.
Lejos de priorizar el uso de energías limpias y fomentar la aplicación de recursos renovables para utilizar autos eléctricos, por ejemplo, apuesta por las gasolinas para los automotores.
Y para cerrar la pinza al rechazo de uso de energías limpias, impulsó una reforma energética que busca darle el monopolio a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para las tarifas y la regulación de electricidad.
Es imperante mantener la rectoría del Estado en los recursos energéticos; lo que es inoperante es la monopolización y la necedad de privilegiar la explotación de recursos fósiles contaminantes, imponiendo reglas verticales.
Para el estado Puebla, las nuevas disposiciones darían un revés a las inversiones en las plantas instaladas y a la decisión de empresas de utilizar solo energías limpias en sus procesos de producción.
Amén de que todos los contratos deben ser bien regulados y transparentes, erradicada cualquier práctica de corrupción, en beneficio de los consumidores de uso doméstico comercial o industrial, el daño para Puebla será mayor.
Pablo Ruiz Meza