Con un presidente político 24/7 como Andrés Manuel López Obrador, un encargado de la política interna del país tiene que ser del mismo tiempo completo y más.
Ese papel lo desempeña el actual secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, tabasqueño igual.
Por el desempeño y las tablas que ha mostrado, es el número dos en esta nación, y le sabe a la escuela del ejercicio del poder, como lo concibió el presidente Lázaro Cárdenas del Río.
Control del Estado, gobierno y partido son la fórmula para hacerse sentir, con el mismo desempeño de otros secretarios de Gobernación como Jesús Reyes Heroles, Luis Echeverría Álvarez o Manuel Bartlett Díaz.
Se trata de la posición más codiciada de los grupos políticos en el poder, porque en la vanguardia y retaguardia del Presidente, López Hernández cumple ese papel.
Pero no solo eso, congruente con el mismo estilo y esquema cardenista que se extendió en el PRI, es la plataforma presidencial por excelencia.
Otro tabasqueño presidenciable lo fue el “poblano” Manuel Bartlett Díaz, secretario de Gobernación con Miguel de la Madrid Hurtado, avasallado por los Chicago boys, el grupo de economistas neoliberales encabezados por Carlos Salinas de Gortari.
Hoy ese papel le toca desempeñar al encargado de la política interna nacional en sus aspiraciones presidenciables, designado como una de las corcholatas por el titular del Ejecutivo federal, aunque corra la misma suerte de su paisano, el actual director de la CFE.
La ministra en retiro, la senadora Olga Sánchez, difícilmente podría escalar a la cima de la nomenclatura política y operar los hilos de las redes del poder.
Puede criticarle la oposición las posturas de López Hernández por razones lógicas, pero se trata de un hombre político que mantiene a raya a la oposición legislativa y a los sindicatos de gobernadores, tiene una sinfonía de acuerdo con Morena, el partido-gobierno.
Un secretario de Gobernación de oficina o de conferencias de prensa no le sirven a los titulares del Ejecutivo, menos si desconocen el manejo de los hilos del poder y no ven en ellos a un líder.
En el tour por los estados para respaldar a la GN a las fuerzas armadas y mantener al Ejército en las calles hasta 2028, Adán Augusto sabe cómo posicionarse como el secretario de Gobernación presidenciable.
Pablo Ruiz Meza