La cacería de haitianos en la frontera sur por agentes de Migración y la presencia en México de Santiago Abascal, el líder del partido de ultraderecha VOX de España, es una mala coincidencia.
Cuando el "servidor público" del Instituto Nacional de Migración (INM) lanzaba patadas a la cabeza de un ciudadano haitiano sometido en el asfalto, dolió por la carga de odio y racismo, como dolió que se exhibiera la Carta de Madrid, suscrita por panistas con VOX.
Al igual que la migra en la línea fronteriza norte, en las peores épocas de los republicanos, con el mismo desprecio los agentes mexicanos separan con violencia a niños y niñas de los brazos de sus madres caribeñas.
Y si los ultraderechistas españoles se han nutrido de la "bendición" de la Iglesia conservadora aliada al franquismo, en la línea sur de México el padre Alejandro Solalinde ve "mano negra" en las caravanas de migrantes de Haití.
Solalinde asegura que las caravanas de haitianos en las carreteras chiapanecas son para golpear la imagen del gobierno de la 4T; faltaba más, la salvación purificadora del prelado.
La irrupción de VOX en México, en el recinto legislativo, de la mano de panistas para pronunciarse contra el avance del "comunismo" en México, es una aberración, pero también una realidad.
En Acción Nacional existen grupos de ultraderecha porque han coexistido, lo menos, en ciudades como Puebla, Guanajuato y Guadalajara (Jalisco).
Lo imperdonable es que los panistas demócratas toleren la existencia de grupos extremos; la sociedad poblana los padeció con el anticomunismo de la década de los 60, lo cual causó tragedias como el linchamiento en San Miguel Canoa en 1968, azuzados por un cura fanático. Morena, como otros presuntos partidos políticos de izquierda como el Partido del Trabajo, lo mismo tiene alianzas con gobiernos y dictadores como los de Corea del Norte, Nicaragua, Cuba o Venezuela.
Ante el comportamiento de agentes migratorios en el sur del país, es difícil equivocarse y no notar una similitud con las acciones de la ultraderecha, porque cazar a haitianos y reprimirlos no es propio de un gobierno que se dice de izquierda.
Que allá los españoles decidan si regresan a un gobierno con VOX, con el retorno del fascismo y la dictadura criminal al estilo de Francisco Franco, pero el PAN, al ponerse de alfombrita, le hizo un flaco favor a quien quiere hacerse pasar como gobierno de "izquierda".