Ciudadanos poblanos simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador y militantes de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) observan con desencanto la forma en que este partido político, Morena, se convierte en una "federación" de grupos con intereses de negocios, a la sombra de la política.
Llegan personas y grupos con dinero, estructura y compromisos para buscar cargos de elección popular en el 2018, sin ninguna trayectoria a favor de los pobres, sin ética política, ni convicción ideológica de izquierda.
Convencidos de la alternativa de "izquierda" en México con AMLO, muchos de estos "morenos" observan con desconfianza el desembarco de políticos trepadores de dudosa procedencia.
La lista de adherentes a Morena van desde el ex gobernador y ex titular de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz; pasando por el ex candidato del PRI a gobernador, Javier López Zavala; el diputado federal, Alejandro Armenta Mier; hasta llegar el ex perredista, Luis Miguel Barbosa; y el "niño naranja" José Juan Espinosa, por mencionar a algunos.
Y en efecto, desconcierta a los "morenos" de base la calidad moral y la ética política de muchos de los adherentes a Morena y discípulos de AMLO.
A Manuel Bartlett Díaz solo se le puede acreditar su militancia en la "izquierda" como un acto de contrición por los daños causados a la democracia electoral y la persecución a los líderes sociales desde la Segob con Miguel de la Madrid y como gobernador de Puebla.
Detrás del jugoso negocio del dinero público en la Cámara Baja, ahora asociado con Luis Miguel Barbosa, el senador Bartlett se refugia y usa al Partido del Trabajo, partido creado por Carlos Salinas de Gortari, el enemigo político de Bartlett, a quien hoy deberá agradecerle haber creado el PT.
¿Qué tienen de militantes de izquierda los ex priistas, Luis Miguel Barbosa y Manuel Bartlett? Solo el interés del poder político y vivir del dinero público de las instituciones a las que escupió el mentor de ambos, Andrés Manuel López Obrador.
Con los ex priistas Bartlett Díaz y Barbosa Huerta ¿primero los pobres? Ajá.
