El 19 de septiembre de 2017, cuando circulaba a bordo de un vehículo junto con mi colega y amigo Miguel Ángel Vargas por la avenida principal de Metepec, Atlixco, el sismo provocó la caída de bardas y casas frente a nuestros ojos.
La gente corría desesperada, asustada, parecía sin rumbo, pero los pobladores salían despavoridos de sus viviendas para ir a las escuelas en busca de sus hijos.
Zarandeados, el movimiento telúrico nos remitió al aniversario del trágico temblor del 19 de septiembre de 1985. Fueron segundos para procesar el hecho coincidente de la naturaleza, pues justo ese mismo día volvió a temblar con la misma fuerza destructora.
De las viviendas de Metepec salían los moradores cubiertos de polvo, de un color amarillento porque se trataba de tapias hechas de adobe en el Centro Histórico de este municipio sureño.
La gente estaba en shock, no salía del impacto de ver hecho pedazos su patrimonio.
Cables en el piso, hilos de agua que caían de las azoteas donde los tinacos se habían ladeado o volcado; vigas, puertas rotas, techos de madera en el piso, fracturas y desprendimientos de trozos de concreto de las viviendas de mampostería.
Lo mismo en motonetas que en vehículos de cuatro ruedas, llegaron personas a Atlixco en busca de sus familiares en Metepec, una de las juntas auxiliares.
Un joven alcanzó a decirnos que el centro de la ciudad de Atlixco “estaba destruido”, había muchos damnificados y las cuadrillas se multiplicaban para rescatar a personas atrapadas bajos los escombros.
La “nota” ya estaba en Atlixco, no en Metepec, y nos dirigimos a la cabecera municipal, pero era inaccesible llegar al centro del Pueblo Mágico pues las calles estaban obstruidas por los escombros, postes y cableado de electricidad tirados y un fuerte olor a gas LP, debido a la rotura de las tuberías del servicio doméstico y comercial.
Desde el Zócalo de la ciudad de
Atlixco se enviaron diversos reportes a los noticiarios de Radio y Televisión de Notivox TV y a los Telediarios de la empresa MULTIMEDIOS.
A la vuelta de un lustro, en medio de las lamentaciones de las obras de reconstrucción inconclusas, nuevamente en otro 19 de septiembre, pero ahora en 2022, volvió a temblar con una intensidad de 7.7 grados, una sorprendente coincidencia.
Pablo Ruiz
