Si tuvo la fortuna de descansar este puente, aún puede ver la miniserie El caso Cassez-Vallarta. Una novela criminal, la cual, además de entretenerle, le permitirá entender la relevancia de la discusión sostenida en la Suprema Corte de Justicia, con relación a la eliminación del recurso de la prisión preventiva oficiosa en el marco constitucional. Me explico.
En 2018, Jorge Volpi ganó el premio Alfaguara con Una novela criminal, texto que él define como “una novela documental o una novela sin ficción”. Para relatar la detención y encarcelamiento de Florence Cassez e Israel Vallarta, Volpi no echó mano de la imaginación, como lo exige la escritura de toda novela; en todo caso recurrió a aquella para acomodar de manera coherente el amasijo de hechos que Genaro García Luna y sus secuaces fueron destapando durante el proceso.
El impacto que dicha historia produjo en Alejandro Gerber le llevó a escribir y producir una serie documental que tratara de ir más allá de lo que Volpi había descubierto a través de la no-ficción.
Compuesta por cinco episodios, la trama arranca con la patética puesta en escena producida y dirigida por la AFI, y que Carlos Loret de Mola lanzó al estrellato desde su noticiario matutino. Las escenas pintan de cuerpo entero las formas en que la corrupción alinea la estructura, niveles y esferas del sistema de seguridad pública en México.
Al menos a mí, el documental me mantuvo pegado a la trama por su ritmo, brevedad y manera de desnudar las tramas que provocan que cuatro de cada diez recluidos estén en prisión preventiva oficiosa, sin haber sido sentenciados –en algunos estados del país la cifra sube a ocho de cada diez–.
Y justamente por esto, la propuesta del ministro Aguilar Morales de anular este recurso de ley no es cosa menor. La modificación que se hizo a finales de 2021 del 129 constitucional, provocó que la aplicación de este recurso se haya incrementado 27%, socavando con ello “la presunción de inocencia, el debido proceso, la igualdad ante la ley y la independencia judicial, afectando desproporcionadamente a las personas más vulnerables”, como dijo Martha Hurtado, portavoz del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos.
La nueva novela que se escribe en la Suprema Corte da para volverse una saga terrible que, como dijo Volpi, puede narrarse sin recurrir a ficción.
Pablo Ayala Enríquez