En los años 80s, apareció en la Tierra la epidemia del SIDA.
Su principal forma de contagio es la vía sexual; de este conocimiento surgió la “vacuna de latex” el condón prometía a los usuarios una práctica segura del sexo; por lo menos, reducía de manera importante el riesgo de ser contagiado.
Sin embargo, el uso del látex durante el acto sexual de una pareja, no elimina todas las preocupaciones de los apareados.
De hecho, hoy las preocupaciones sexuales no radican exclusivamente en ser contagiados de cualquier enfermedad venérea, sino también en no verse afectados por los dardos del amor, arraigo o apego, o cualquiera de sus variantes.
Esto puede resultar tan aterrador como el SIDA. Un encuentro sexual, un primer encuentro sexual, ¿se trata del inicio de una relación, o su término? ¿Existirán más encuentros, o un episodio único? El sexo convertido en una terrible incertidumbre; en la mayor pesadilla de la era moderna.
¿Qué tipo de compromisos surgen de la unión de dos cuerpos? Esta unión, qué tanto afecta el futuro de los participantes; un encuentro sexual aislado será incapaz de afectar el resto de la esfera social, o invadirá todos los demás aspectos de los involucrados.
“Nadie puede garantizar que un solo encuentro sexual no tenga el poder de afectar inesperadamente el futuro de los participantes”.
Ningún episodio está a salvo de sus consecuencias, y es esta inseguridad la que resulta inquietante, por no decir irritante.
Hoy los tiempos se han transformado: el látex protege de infecciones, pero está bastante lejos de garantizar un futuro sin problemas de pareja.
Por más que se proclame a los cuatro vientos la libertad sexual, esa libertad, también está acompañada de una responsabilidad que no es deseada.
Para muchos, las ataduras molestan, por eso, practican el “Sexo Seguro” con condón. Como si ello significara el “No volverte a ver”.
El condón, como protección de infecciones, pero que simboliza también la fragilidad y ausencia de compromiso, relaciones ligeras y frágiles, tan desechables como el mismo condón: “úselo una sola vez, y deséchelo”.