Expulsar sangre por cualquier parte del cuerpo humano, es algo que da miedo; pero tal vez, la más espantosa es cuando la persona escupe o arroja sangre cuando tose; a este síntoma se le conoce médicamente como hemoptisis.
Aun recuerdo la cara de algunos pacientes al momento de toser sangre:
“Pálidos, con los ojos saltones y las pupilas dilatadas como si quisieran observar todo el universo con una mirada, las manos temblorosas tratando de agarrar a toda costa la flema sanguinolenta; saben que ahí se les va un trozo de vida”.
Las causas de la hemoptisis son múltiples; pero existe una que supera con mucho a las demás; me refiero a la tuberculosis pulmonar, una enfermedad 100% infecciosa y contagiosa.
Sin embargo, entre las causas no infecciosas más frecuentes, se encuentra el Cáncer de Pulmón; este cáncer está estrechamente asociado al tabaquismo.
Para que una persona desarrolle cáncer pulmonar es porque fuma intensamente durante muchos años; por ejemplo, aquellos que fuman más de 10 cigarrillos diarios durante más de 10 años.
Los fumadores empedernidos, por lo general, disfrutan fumar a cada rato; despiertan casi “con el cigarro en la boca”; su voz es grave y ronca; pueden ser muy delgados, pues la nicotina les reduce el apetito y sustituyen el placer de comer por el de fumar; unos poco a poco pierden capacidad respiratoria, y se ve reflejada en la falta de aire al caminar o comer y platicar; es fácil suponer que ya han desarrollado enfisema pulmonar, y dependerán el resto de su vida de un tanque de oxígeno como compañía inseparable.
En fin, para cuando el cigarrillo logra que el enfermo “escupa sangre” es porque irreversiblemente el daño pulmonar está hecho, y es severo en función, como en el caso de enfisema o bien, en estructura o tejido, para el caso de Cáncer Pulmonar.
