La mayoría de las mujeres, después de los 20 años aproximadamente, se empiezan a quejar de la aparición de celulitis en las piernas y por debajo de los glúteos; una apariencia de la piel de “cáscara de naranja”; esto es la representación clínica de un proceso de fibrosis en la dermis, con acumulación de agua y tejido inflamatorio.
Hasta ahora nadie sabe, a ciencia cierta por qué se forma la celulitis; sin embargo, constituye uno de los problemas estéticos más comunes en la mujer; la corrección de imágenes o fotografías con la aplicación de foto-shop es un remedio temporal y ficticio; la realidad es otra; cientos de horas de ejercicio para poder reducir la presencia de celulitis y lograr lucir unas piernas impecables en la playa.
La verdad es que resulta casi imposible no padecer de celulitis, para las mujeres.
Fenómenos hormonales, tabaquismo, sedentarismo, herencia, etcétera, han sido implicados en la formación de celulitis.
Para ser francos, la celulitis no constituye una enfermedad propiamente dicha; sin embargo, el impacto visual y emocional para la paciente puede ser mayor.
Existen múltiples tratamientos encaminados a reducir y controlar la celulitis o piel de naranja y formación de nódulos en las piernas y área subglútea.
Por ejemplo, la aplicación de enzimas con la finalidad de destruir esa fibrosis y formar nuevo tejido conectivo o colágeno a ese nivel; se aplican con microinyecciones.
También se ha empleado la carboxiterapia; inyectar oxígeno directamente por debajo de la piel para formar nuevo tejido y nuevos vasos; se puede combinar con aparatos de láser o radiofrecuencia o bien algunos masajes o sustancias drenantes del exceso de agua a nivel local.
Es importante que nada de esto sirve si la paciente no lleva una buena alimentación y ejercicio regular. En fin, los casos de celulitis son difíciles de tratar y la recurrencia o recaídas son frecuentes.
Hasta la fecha, no existe un tratamiento infalible contra esta maldición gitana de las mujeres llamada: Celulitis.