El sol del verano no solo ilumina las playas europeas, también proyecta una sombra de cuestionamiento sobre la congruencia del movimiento de la 4T.
Mientras la mayoría de los mexicanos enfrenta las duras realidades económicas y de violencia del día a día, una serie de imágenes y fotografías compartidas en redes sociales ha desatado algo más que una ola de críticas: indignación.
Colaboradores y figuras prominentes de Morena, el partido en el poder, se muestran disfrutando de lujosas vacaciones en Lisboa, Madrid o Tokio.
Es su dinero: no es ilegal, es inmoral. Cuánto y más al amparo de su estandarte, ese al que recurren una y otra vez: “austeridad republicana”. Cuánto y más cuando la 4T se ha construido sobre un discurso de cercanía con el pueblo, de un gobierno que no derrocha y que está del lado de los más desfavorecidos. Opulencia e hipocresía.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha sido la primera en pronunciarse al respecto. Con cautela, pero con firmeza. Ha llamado a la mesura y a la congruencia.
El caso del diputado Pedro Haces, quien celebró una ilimitadamente ostentosa fiesta en Madrid, es el epítome de esta contradicción, que contrasta con el llamado a la sencillez y combate a la frivolidad que ha caracterizado al discurso oficial. Es un símbolo de una desconexión que puede resultar muy costosa en términos políticos. Donde para algunos, la premisa de “primero los pobres” es más una estrategia discursiva que una convicción genuina.
No se trata de prohibir el disfrute, sino de entender que la austeridad no es solo una política económica, sino una postura ética. Y la ética, como la confianza, se gana con la congruencia y se pierde con la contradicción.
Palabras clave
El verano de 2025 podría ser recordado como el momento en que la 4T se vio obligada a mirarse al espejo. La reflexión es necesaria: ¿están cumpliendo con los lineamientos morales que ellos mismos han establecido? A juzgar por las imágenes y la preocupación de la propia Presidenta, la respuesta rotunda es no. Los cuatroteístas jet set están desafiando no solo a la presidenta Claudia Sheinbaum —de nuevo—, sino a todo un pueblo. Bueno y sabio.
Frase
“Yo no doy instrucciones más que a mi gabinete para cumplir con nuestro plan de gobierno. Lo que sí hago es compartir lo que pienso, y pienso que el poder se ejerce con humildad y que debemos ser austeros”.