El futbol es entretenimiento, es mediático, es espectáculo, los futbolistas han hecho películas, telenovelas, comerciales, series sobre sus vidas, en fin. El futbol dicta comportamientos y recientemente lo que millones de personas en México recibimos del futbol es violencia y homofobia, me refiero en particular a los hombres gay y a las mujeres.
Una afición cínica, salvaje, que sigue gritando: “Puto”, a pesar de las advertencias. Lo hacen como desafío, nadie les va a impedir que griten lo que les dé la gana, porque son hombres, porque son machos y porque todos lo que opinen lo contrario son maricas. Y mientras las autoridades competentes dentro de este deporte no sean serias en el asunto y apliquen castigos ejemplares, nada va a cambiar. Ante este escenario, no es de sorprenderse que en uno de los vestidores del Club América un grupo de jóvenes misóginos y machistas hicieran burla del tema “Un violador en tu camino”, que se ha convertido en un himno feminista alrededor del mundo.
El futbol como industria lo ha permitido, al fomentar una masculinidad tóxica, tanto dentro como fuera de la cancha. La afición lo ha permitido. Estos jóvenes están dando la vuelta al mundo y nos tiene que dar mucha vergüenza, porque es el reflejo de una sociedad podrida, hundida en el machismo y maltrato hacia la mujer. Por eso a tantos nos duele ver esa imagen y el futbol es en buena parte responsable.
