Cultura

Serenidad y paz

Llegamos al mes de abril, el número cuatro del año y como lo convenimos, el primer artículo de este periodo irá dedicado a las 12 promesas de alcohólicos anónimos, revisando una por una.

La cuarta promesa dice: “Comprenderemos el significado de la palabra serenidad y encontraremos la paz.”

Que importante es para los adictos en recuperación la serenidad, cuando la mayor parte de sus vidas en consumo la pasaron en agitación, ingobernabilidad y muchas veces con tremendos episodios de ansiedad o depresión.

En los grupos de 12 pasos es común escuchar cómo los adictos peleaban con todo y con nada, siempre pensando que alguna circunstancia o alguien les haría daño y por consiguiente actuando a la defensiva.

Adicionalmente, una de las frases que suelen repetirse en las juntas del programa es precisamente la oración de la serenidad que a su letra menciona: “Dios, concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que sí puedo y, sabiduría para distinguir la diferencia”.

Después de haber aceptado la enfermedad como es y de pedir ayuda, tratar de acercarse a un Poder Superior, practicar la fe y dejar de consumir, lo que sucede en los primeros tres pasos de los 12, el adicto recuperándose paulatinamente comienza a tener un mayor control de las emociones, una mejor capacidad de discernimiento y de aprender a aceptar las cosas como son, adquiriendo poco a poco esa serenidad que no se conocía mientras se estaba activo en el consumo.

La serenidad es la capacidad de mantener la calma en medio de la dificultad, por lo que el paciente en rehabilitación va encontrando su lado sereno,  dejando de reaccionar en automático para actuar de manera racional y templada, lo cual en sus días de ingobernabilidad era algo prácticamente imposible.

Con la serenidad por consiguiente viene la paz, como uno de los valores más preciados que los seres humanos anhelamos y que en el caso de los adictos que practican el programa es una de las promesas que les invita a quedarse cada día eligiendo esta nueva forma de ver la vida.

En paz y sin consumir, la mente se despeja, la vista comienza a fijarse donde antes no tenía sentido y se experimenta una calma permanentemente a pesar de que la vida sigue presentando situaciones conflictivas que van a requerir de un manejo emocional asertivo.

Por ello, es común escuchar a adictos en recuperación que señalan que quizás no han llegado al paraíso pero sí lograron salir del invierno en el que vivían, así como algunos también expresan que su peor día en sobriedad no lo cambiarían por su mejor día de consumo, debido a que ahora se tiene paz y serenidad.

¿Es todo esto realidad o simplemente es filosofía de un programa de recuperación? Testimonios e historias por más de 85 años indican que si se puede y que la serenidad y la paz sí existen.

Omar Cervantes

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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